Contra los vertidos nucleares
PuebloEn nuestros días se están desarrollando formas muy sutiles de ejercer el colonialismo. Las grandes potencias se consideran con derecho a lanzar al espacio sus satélites e ingenios sin contar con que sus restos puedan caer sobre países ajenos; las multinacionales químicas o farmacéuticas se permiten el lujo de utilizar a los pobladores de terceros países como cobayos de nuevos productos, que, en caso de ser positivos, serán utilizados más tarde en.las metrópolis. El vertido de residuos nucleares es otro de estos testimonios neocoloniales. Las potencias industriales han utilizado ciertos mares, a miles de kilómetros de sus costas nacionales, como cementerios nucleares acuáticos. El peligro de estos cementerios es enorme, dada la posibilidad de que las vasijas que contienen estos restos puedan romperse, tanto por la acción del mar como por los movimientos geológicos en su superficie, con el grave riesgo de contaminación para la pesca y las costas circundantes.( ... ) Ahora se ha conseguido en la Conferencia de Londres una victoria diplomática, al lograr la aprobación de una resolución para la suspensión temporal de estos vertidos en el mar. Naturalmente, la resolución es más moral y ética que vinculante, ya que no existe una reglamentación internacional que taxativamente prohíba estos lanzamientos al océano. ( ... ).
Hay que pensar, sin embargo, que no es suficiente con este logro diplomático, y, que nuestro país debe tratar de Estado a Estado con aquellos que siguen utilizando los mares ajenos como cloacas nucleares. Al mismo tiempo, nuestra diplomacia debe mantener una constante línea de actuaciones y contactos con aquellos países víctimas de estas prácticas, puramente neocoloniales. ( ... ).
19 de febrero
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