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Katerina Yasinchuk,

una ucraniana que llegó a Estados Unidos a los quince años, ha pasado 48 en un manicomio por no saber inglés. Un día de 1921, la policía encontró a una joven de veinticuatro años llorando por las calles de Filadelfia. Lajoven fue conducida a una institución psiquiátrica al no entender la policía aquella letanía de palabras, para ellos incoherentes. 48 años más tarde, en 1969, los médicos del hospital revisaron su caso. Según los archivos, Katerina Yasinchuk dejó de hablar a los seis años de ser internada. Finalmente, una empleada del hospital, también natural de Ucrania, resolvió el misterio. Entonces se supo que la joven acababa de perder a su hijo y vagaba por las calles cuando fue encontrada por la policía. Todo quedó aclarado y Katerina fue internada en una residencia de ancianos dirigida por religiosas oriundas de Ucrania. Allí ha pasado estos últimos años de su vida hasta su muerte, esta semana, a los 86 años.

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