Encarcelado por espionaje el subdirector en Roma de la compañía soviética Aeroflot

, La noticia es oficial. El ciudadano soviético Viktor Pronine, subdirector en Roma de la compañía de aviación Aeroflot, que había sido detenido el lunes acusado de espionaje político-militar, ha sido encarcelado, tras su interrogatorio por los jueces, en la cárcel romana de Rebibbia. Es la primera vez que un funcionario soviético acusado de espionaje acaba en la cárcel en vez de ser expulsado de Italia, como ha ocurrido en los otros seis casos del pasado.

Entre rejas está también su cómplice italiano, Azeglio Negrino, director técnico de la empresa de microfilmación Microlito, de Génova, acusado de haber entregado al soviético Pronine importante material cubierto por el secreto militar. En el primer interrogatorio a que fue sometido, el ejecutivo ha confesado que desde hace un año trabaja para el KGB, el servicio secreto ruso.

Aunque ningún órgano de información lo ha dicho abiertamente, se advierte ya en algunos comentarios la preocupación de que también detrás de esta nueva historia de espionaje pueda aparecer la sombra del atentado contra el Papa. Pero todos los observadores van con pies de plomo, sobre todo después del caso Bulgaria, que ha quedado de repente, después de tanto ruido, enterrado bajo una capa de silencio sepulcral.

Por lo que se refiere a las posibles informaciones que el director de Microlito haya podido dar al ruso Pronine, existen sólo hipótesis periodísticas. Se dice que los soviéticos le habrían comprado por millones de dólares los proyectos de construcción del famoso avión Tornado, uno de los elementos de defensa más importantes de la OTAN en Europa. Se habla también de los planos de un modernísimo sistema electrónico para misiles construido en Italia. Y de que el subdirector de Aeroflot es en realidad un coronel del KGB, pero nadie lo ha probado.