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Roca considera injustificados los ataques a Serra por el Plan de la Ribera

El candidato de Convergéncia i Unió (CíU) a la alcaldía de Barcelona, Ramon Trias Fargas, ha insitido en que él no es el autor de las declaraciones en las que acusaba al ministro dé Defensa y ex alcalde de Barcelona, Narcís Serra, de haber especulado al servicio de las grandes empresas como gerente del Plan de la Ribera, a finales de los años sesenta. Señaló que se debían a sus colaboradores. Varias fuentes destacaron, por otra parte, que el propio Trias estuvo vinculado al Plan de la Ribera, como alto cargo del Banco Urquijo. Miquel Roca declaró que esos ataques eran injustificados.Trias precisó a EL PAÍS que estaba en Madrid cuando esas frases se pusieron en su boca. Sus colaboradores, añadió, ante las acusaciones lanzadas por el socialista Raimon Obiols, en el sentido de que Trias representaba los intereses especuladores de las grandes inmobiliarias, le sugirieron la necesidad de salir al paso de las mismas, y él les autorizó. "Yo no soy amigo de los ataques personales", dijo ayer el candidato convergente.

Afirmó que mantiene unas excelentes relaciones con Miquel Roca, su compañero de partido que compartió con Serra la gerencia de aquella empresa. Roca declaró ayer a este respecto: "No quiero entrar en esta absurda polémica. El señor Narcís Serra es un hombre de un prestigio profesional y de una honestidad personal absolutamente fuera de toda duda, y creo que la rivalidad política no me justificaría en ningún caso a entrar en unos ataques personales que no sólo no comparto, sino que son del todo injustificados. En todo caso, este no es mi estilo".

Fuentes de la Generalitat explicaron a este diario que las declaraciones atribuidas a Trias habían causado "gran inquietud" en la cúspide del partido, incluido el Palau de la Generalitat, donde se considera que "parece mentira que no haya tenido en cuenta que salpicaban también a Miquel Roca". El presidente de la Generalitat, según estas fuentes, estaría "sorprendido y estupefacto".

El Plan de la Ribera fue una iniciativa lanzada en 1966 por el financiero Pere Duran Farell, presidente de Catalana de Gas y, en aquellos años, presidente también de la Maquinista Terrestre y Marítima, para recalificar los terrenos industriales que se extienden desde el Besós hasta la Barceloneta, para proceder a una ambiciosa urbanización. El proyecto no se llevó a cabo, en parte por la postura combativa de las asociaciones de vecinos, entonces muy activas, aunque también porque el diseño del urbanista Antonio Bonet Castellana no había logrado superar todas las dificultades técnicas consustanciales a la empresa. La crisis económicas de los primeros años setenta le dio la puntilla.

El plan se pensó cuando ya la Maquinista había desalojado su factoría de la Barceloneta y la llegada del gas natural parecía condenar a la desaparición a las tres viejas fábricas de gas ciudad que se extienden entre el Besós y la Barceloneta, a lo largo de la costa. Narcís Serra y Miquel Roca, recién licenciados en Economía y Derecho, respectivamente, habían abierto juntos un despacho profesional, y se les encomendó la gerencia de la empresa constituida para promover el plan.

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