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El Tribunal Constitucional da 'luz verde' a las elecciones convocadas en la República Federal de Alemania para marzo

El Tribunal Constitucional de la República Federal de Alemania falló ayer en Karlsrube, por seis votos a favor y dos en contra, que la disolución del Parlamento federal (Bundestag) fue conforme a la Constitución. La sentencia del Tribunal Constitucional suprime el último obstáculo para que las elecciones federales se celebren en la fecha prevista por el canciller Helmut Kohl, el próximo 6 de marzo. El tribunal rechazó el punto de vista de cuatro diputados que entendían que el método utilizado para disolver el Bundestag iba contra el espíritu y la letra del artículo 68 de la Constitución.

Este artículo establece que "si una moción de confianza del canciller federal no fuese aprobada por la mayoría de los miembros del Bundestag, el presidente federal, a propuesta del canciller, podrá disolver el Bundestag en un plazo de veintiún días".El conflicto se planteó con el cambio de coalición en Bonn el pasado 1 de octubre, cuando democristianos (CDU / CSU) y liberales (FDP) derribaron al canciller socialdemócrata Helmut Schmidt (SPD). En la discusión política de aquellos días, Schmidt acusó a la nueva coalición de centro-derecha de "tener la legalidad, pero no la legitimidad". Los socialdemócratas iniciaron una campaña para exigir nuevas elecciones en el acto.

Por consideración a su nuevo socio de coalición -los liberales (FDP)-, el nuevo canciller democristiano, Helmut Kohl, no pudo convocar elecciones en aquel momento. Ello habría supuesto la desaparición de los liberales del Bundestag porque el partido estaba completamente dividido en fracciones y marcado por el estigma de la traición a Schmidt.

La táctica de Kohl

La táctica de Helmut Kohl y del presidente liberal, Hans-Dietrich Genscher, fue ganar tiempo para tratar de recuperar a los liberales (FDP). Kohl prometió en su declaración de gobierno que habría elecciones el 6 de marzo. El problema para la convocatoria anticipada de elecciones era de índole constitucional.La Constitución de la República Federal de Alemania no concede al Parlamento el derecho a la autodisolución. La convocatoria de nuevas elecciones legislativas sólo es posible cuando un canciller pierde la confianza del Parlamento o presenta la dimisión.

Helmut Kohl se decidió por presentar la moción de confianza, como establece el artículo 68 de la Constitución. El 17 de diciembre 218 diputados votaron contra Kohl, ocho a favor y 248 se abstuvieron.

El procedimiento seguido tenía un cierto tufo de manipulación, porque en realidad el nuevo Gobierno de centro-derecha, entre democristianos y liberales, contaba con una mayoría suficiente para gobernar hasta el final de la legislatura ordinaria en 1984. El canciller Kohl colocó al presidente federal, Karl Carstens, ante la situación de hecho de la pérdida de confianza y solicitó la disolución del Bundestag.

Carstens agotó las tres semanas que le concede la Consitución, y el 7 de enero acordó la disolución del Bundestag, lo que equivalía a la convocatoria anticipada de nuevas elecciones federales para el 6 de marzo, la fecha que había prometido Kohl.

Ultimo obstáculo

El último obstáculo para las nuevas elecciones era el Tribunal Constitucional. Sólo los diputados afectados por la disolución del Bundestag estaban legitimados para presentar la demanda de anticonstitucionalidad. Cuatro diputados, que no tienen posibilidades de volver al Bundestag tras las elecciones, persentaron la demanda, que ayer fue rechazada. La sentencia establece que la RFA se encontraba "en una situación excepcional con el cambio de coalición", y dice que la disolución del Bundestag, según el artículo 68, supone "una situación política de inestabilidad".El Tribunal considera que, en la situación excepcional que siguió al cambio de coalición, no estaba garantizada una mayoría parlamentaria permanente, sobre todo porque los liberales estaban inmersos en profundas disputas internas.

El Tribunal estima que el canciller, a la vista de esta situación, podía suponer que su política no tendría el apoyo de una mayoría en el Bundestag. En opinión del Tribunal, el presidente federal actuó dentro de su margen de competencia cuando, ante la propuesta del canciller, decidió la disolución del Parlamento.

La decisión de los jueces hizo respirar aliviados a los políticos que gobiernan en Bonn, que saludaron unánimemente la decisión del Tribunal Constitucional, aunque con acentos diferentes a la hora de comentar la sentencia.

La decisión del Tribunal no fue unánime. Dos jueces votaron en contra, y el mismo presidente de la sala, el juez Wolfgang Zaidler, aceptó el fallo de la mayoría de sus colegas, pero rechazó la argumentación utilizada.

Opinión del canciller

El canciller Helmut Kohl declaró que la sentencia confirmó que el camino elegido por él era correcto y se había cumplido así la promesa dada en su día de someter la coalición de Gobierno a unas nuevas elecciones legislativas, "una vez resueltos los problemas más urgentes". "Ahora", dijo Kohl, "tiene la palabra el elector". El candidato socialdemócrata, Jochen Vogel, también aprobó la decisión del Tribunal Constitucional, pero acusó a Kohl de haber actuado a la ligera. Los verdes (ecologistas y pacifistas) consideran políticamente acertada la decisión de los jueces, pero denuncian que se llegó a las nuevas elecciones con una "moción de confianza fingida".

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