Pobre comienzo de las operaciones semanales
Triste resultó el comienzo bursátil de esta fría semana de febrero, con una actividad mortecina en sus corros, donde claramente predominó la actividad vendedora sobre unos tanteos compradores que, en ningún caso, consiguieron superar la calificación de discretos. Prácticamente ninguno de los valores considerados punteros en los mercados de acciones consiguió hacer frente al gélido ambiente que parecía filtrarse del exterior en las salas de contratación y, al cierto de las reuniones, el predominio de las órdenes de venta resultaba un hecho bien explícito.Con todo, tiene algún interés destacar que la principal carencia que acusaron las Bolsas españolas en sus reuniones de ayer fue la de órdenes de compra. Estas resultaron difícilmente apreciables a lo largo de toda la mañana, y la oferta, en consecuencia, actuó dando síntomas de una cierta timidez, por lo que resultaba bastante difícil establecer el alcance de su importancia real.
No obstante, relegado al olvido el discreto encanto que emanaban las OPAS durante las reuniones anteriores, los especialistas se encuentran ante una difícil encrucijada. Por una, parte, no existen condiciones objetivas que permitan presagiar una recuperación más o menos consistente del mercado en un futuro inmediato. Por otra, no existen elementos que permitan presagiar una recuperación más o menos consistente del mercado en un futuro inmediato.
Además, está bastante claro que, tanto la Administración como amplios sectores de la banca privada, pretenden continuar profundizando en sus intentos para conseguir una rebaja, paulatina pero firme, en los tipos de interés, especialmente en las de las operaciones pasivas bancarias.
Si este intento lograse llegar a buen puerto, aumentaría la competitividad de algunos valores bursátiles en relación a los activos tanto públicos como privados, pero también hay que reconocer que varias acciones eléctricas están ofreciendo rentabilidades medias superiores a los redimientos medios del sistema, sin que por ello se consiga una reactivación de la demanda.
Ayer mismo, una vez que se confirmó la nueva oferta de compra de la totalidad de las acciones de Electra de Viesgo por parte del Banco de Santander, quien las pagará al 180%, mejorando en diez puntos la oferta anterior de Iberduero, operación que ha sido calificada como "exenta de cualquier intención especulativa" por parte del propio presidente de la entidad montañesa, Emilio Botín, los valores del sector eléctrico dieron unas profundas muestras de debilidad, y su índice particular en el mercado de valores madrileño perdía más de 1,5 puntos. Todo ello sin que una vez concluido el período hábil para cerrar operaciones ordinarias se pudiese advertir ningún cambio sustancial en este poco reconfortante panorama.
Por su parte, los bancos tampoco observaron una trayectoria muy brillante. Con la única excepción del Banco de Santander, que ofrecía un modesto saldo comprador de 8.500 títulos en el mercado bursatil madrileño, el resto de los integrantes del sector presentaba diferencias negativas de escasa cuantía, que vinieron a representar unas 72.000 acciones para el conjunto de los siete grandes.
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