No habrá mesa de la paz en el País Vasco
Como lo había prometido, el Partido Socialista del País Vasco se ha retirado de la mesa de negociaciones por la paz al producirse un nuevo, bárbaro atentado contra un grupo de guardias civiles. El Partido Socialista, por boca de su representante, el señor Benegas, ha declarado abiertamente que no puede sentarse a hablar de paz mientras en torno suyo hay derramamiento de sangre, y que no puede hablar con Herri Batasuna, que apoya esa violencia y es, junta mente con ETA, la corresponsable de la pesadilla vasca. Resulta algo perfectamente lógico.El presidente del ente autonómico, señor Garaicoechea, ha lamentado, por su parte, también, el atentado, y entiende que se ha llevado a cabo precisamente para impedir esas conversaciones de paz, ya que los terroristas no quieren esas conversaciones en modo alguno. ¿Significa, entonces, que reprocha de algún modo a los socialistas que se hayan levantado de la mesa, dando un portazo? ¿Cree de verdad el lendakari que, quizá más adelante, serán posibles esas conversaciones precisamente con Herri Batasuna?
Herri Batasuna, exactamente como ETA, no puede sentarse a hablar de paz por la sencilla razón de que apoya a ETA, y ETA no quiere la paz. Ha sido muy burda su negativa a sentarse en una mesa sita en un edificio que perteneciera al Gobierno autonómo vasco, y más burda aún su exigencia de que los periodistas estuvieran presentes. Si se les hubiera concedido, hubieran pedido que la habitación estuviera instalada en Prado de Rey, con las cámaras abiertas, veinticuatro horas al día, y, luego, que se obligara a todo el mundo a escuchar sus proclamas. Es decir, Herri Batasuna hubiera pedido imposibles tras imposibles, como explican los manuales de subversión que ya fueron puestos en práctica en los años sesenta en los campus. universitarios por las minorías super-politizadas y subversivas, y, ahora, con este asesinato, sin duda que se dirá que no son Herri Batasuna ni ETA las que se niegan al diálogo, sino las otras formaciones políticas o el Gobierno.
Ante una situación de este tipo, lo que cabe pedir es lucidez a los vascos. Y, en seguida, naturalmente, una movilización total contra el terrorismo. Sin una fisura y sin un equívoco, y se seguirán dando fisuras y equívocos mientras, por ejemplo, el Gobierno autónomo vasco se niegue a que la policía vasca colabore con el resto de la policía en las tareas policiales que planteó el último secuestro. Y se seguirán dando mientras el pueblo vasco entero no haga saber a Herri Batasuna que los únicos enemigos del pueblo vasco son ETA y Herri Batasuna.
8 de febrero.
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