Dramático llamamiento internacional en favor del libre comercio
ENVIADO ESPECIAL, La mayoría de los seiscientos líderes políticos y empresariales reunidos en Davos (Suiza) para estudiar los problemas de la economía mundial lanzaron ayer un llamamiento dramático en favor del libre comercio y de la competencia como única salida a la crisis. "No habrá recuperación económica", concluyeron los veinticinco ministros de Economía y dirigentes de organismos internacionales, tras una discusión de cuatro horas, "hasta que los países acepten un nuevo y más justo sistema de comercio internacional".
Arthur Dunkel, director general del Acuerdo General de Comercio (GATT), criticó duramente la multiplicación de restricciones, no sólo arancelarias directas, sino las indirectas u ocultas.El director general del GATT insistió en la necesidad de guardarla libertad del comercio internacional, porque "promueve inversiones internas, aumenta la eficiencia industrial y estabiliza los mercados financieros"; tiene que haber mercados abiertos", concluyó Dunkel, "para que los países puedan exportar".
Por su parte, el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Emile Van Lennep, denunció las actuales tendencias hacia la negociación comercial bilateral como "muy peligrosas", porque puede acabar en un reparto del mercado que enfrente a los países grandes contra los pequeños y son contrarias al mercado libre y al comercio multilateral.
El ministro brasileño de Finanzas, Ernane Galveas, declaró que el 95% de los bancos comerciales ha aceptado renegociar la deuda exterior de su país. El acuerdo, señaló, será firmado a mediados de febrero en Nueva York e incluye un crédito de 4.400 millones de dólares y la reestructuración de los 4.700 millones de dólares que vencen en 1983.
El ministro sueco de Comercio, Mats Hellstroem, destacó que a corto plazo los países ricos obtienen ventajas mediante las restricciones proteccionistas, a costa de los países pobres, pero que, sin embargo, a medio y largo plazo todos acabarán perdiendo con la diversificación de las reglas del GATT, pues ello provocará una nueva y gran depresión.
La defensa de los intereses del Tercer Mundo, en medio de esta convención ultraliberal, que aplaude con fervor las políticas de Ronald Reagan o Margaret Thatcher, corrió a cargo del secretario general de la UNCTAD, Gamani Corea, y del secretario general de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), Enrique Iglesias. Corea señaló que la prosperidad de los países industrializados es muy importante para el desarrollo del Tercer Mundo, pero destacó la ironía de los países del Norte que prestan ayuda a los del Sur, mientras les permiten sufrir los efectos de la caída de precios de sus materias primas, planteando grandes dificultades a la hora de renegociar los acuerdos vigentes. Terminó pidiendo la reactivación del diálogo Norte-Sur, pero con un nuevo espíritu, una vía de dos direcciones en las que ambas partes dan y reciben.
Enrique Iglesias describió los ajustes dramáticos que están realizando los países de América Latina, que sufren, en su opinión, "una crisis de liquidez, pero no de solvencia", y señaló que no basta con programas de austeridad e incremento de exportaciones para disipar el peligro de inestabilidad social y radicalismo, provocados por el desempleo y la miseria.
En general, las discusiones siguieron dominadas por el escepticismo y el pesimismo, ante la falta de voluntad y de alternativas claras y viables para iniciar un camino estable hacia la reactivación de la economía mundial.
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