Nápoles se paraliza durante 48 horas en la primera gran manifestación contra la organización mafiosa Camorra

La ciudad de Nápoles ha decidido dar la batalla a la Camorra, esa especie de mafia de las provincias de Campania. Ayer se paralizó toda la ciudad y hoy volverá a hacerlo. La movilización ha sido total, y unidos en la lucha han estado tanto el alcalde comunista. Maurizio Valenzi como el cardenal Corrado Ursi, que ayer habló desde la catedral a toda la población y elogió el gesto de protesta de cuantos estos dos días cruzan los brazos y cierran tiendas, mercados, bancos y todo tipo de servicios públicos para dar un no rotundo al chantaje de la Camorra. La consigna es "Cerramos las puertas para abrirlas más libres".

Los dos días de huelga general promovida por el comercio napolitano fueron preparados con una gran movilización y han dado un resultado superior al esperado. Incluso quienes el día anterior dudaban sobre si cerrar o no las puertas de las tiendas, acabaron sumándose a la huelga, a pesar de las duras advertencias de los camorristas quienes, llegaron a materializar sus amenazas en los días anteriores.Lo único que debía permanecer abierto eran los supermercados, y también éstos acabaron por cerrar. "Es una ciudad paralizada al ciento por ciento", informaron a este periódico desde la redacción del diario napolitano Il Mattino. La única excepción, dolorosa y significativa, fue la de Ottaviano, el pueblo del famoso jefe de la Camorra Rafael Cuttulo. En este pueblo ocurrió lo contrario, la población en masa repudió la huelga y abrieron todos los comercios.

El alcalde napolitano, durante una jornada sobre la no violencia celebrada en todas las escuelas de la ciudad como preparación a la huelga general, afirmó que la situación de la capital del sur de Italia era ya intolerable, pues una "parte muy importante de la vida económica de la ciudad se ve obligada a pagar una auténtica contribución a los señores de la violencia y del chantaje".

El presidente de la República, Sandro Pertini, y el Gobierno también dieron su apoyo a esta movilización ciudadana, movilización que supone una auténtica muestra de madurez política y social. Baste pensar que sólo hace unos años el gran problema era la connivencia, por miedo, con los camorristas, ya que todo tipo de protesta, sobre todo si era personal, acaba siendo severamente castigado por las grandes familias camorristas. Ahora, al llevar a cabo una protesta general, los. napolitanos se han sentido más fuertes. La víspera de la primera de las jornadas resultó sangrienta. Dos jóvenes camorristas que salían de una tienda después de haber recogido una mordada de medio millón de pesetas, se enfrentaron a tiros con la policía. Uno de ellos resultó muerto y el otro gravemente herido.