Felipe González informará al Comité Federal del PSOE sobre las relaciones del Gobierno con el partido
El futuro de las relaciones entre el Gobierno socialista y el PSOE constituirá, previsiblemente, la base del informe de gestión que la ejecutiva del partido le ha encargado a Felipe González a fin de que éste lo presente ante el Comité Federal del partido socialista, que se reunirá los próximos días 5 y 6 de febrero. Esta cuestión se ha convertido en una de las que más han preocupado a la ejecutiva socialista durante las últimas semanas.
El secretario general del PSOE explicará, fundamentalmente, el sentido y alcance de las remodelaciones hechas en la ejecutiva federal del partido desde que tomó posesión su Gobierno, y, sobre todo, especificará el trabajo que debe realizar el partido en sus bases de militantes y simpatizantes, ya que el principal argumento con que contaban hasta ahora —las críticas a la gestión del Gobierno— ha sido sustituido por el de explicar las razones que impulsan a los miembros del Gabinete ministerial a adoptar unas decisiones y no otras.
Como comentaba un destacado político socialista, "ahora ya no se trata de ir a las fábricas, a las agrupaciones o a las asociaciones de vecinos a explicar que el Gobierno de UCD estaba actuando de manera desastrosa en el tema de la colza, por poner un ejemplo, sino que nuestra misión se ha convertido en algo más difícil: ahora tenemos que explicar que no disponemos de todo el dinero necesario para contentar a todos los afectados".
Las remodelaciones internas han afectado incluso al propio presidente González, que ha cedido parte de la representación externa que corresponde al secretario general en favor del presidente del partido, Ramón Rubial, ante el cúmulo de tareas que pesan sobre el presidente del Gobierno. Esta acumulación de trabajo ha provocado, además, que González no haya podido asistir, en calidad de secretario general, a la mayor parte de las reuniones que ha celebrado la ejecutiva desde que tomó posesión el Gobierno socialista.
Vocales en la ejecutiva
Las otras modificaciones han consistido en atribuir a Salvador Clotas las responsabilidades ejecutivas de cultura, al haber pasado José María Maravall al Gobierno. Enrique Múgica se hará cargo del área de información, antes encomendada al actual ministro de Trabajo, Joaquín Almunia. Ambos, lo mismo que Javier Solana, permanecen en la ejecutiva del partido, pero en calidad de vocales.
El diputado coruñés y también miembro de la ejecutiva federal Salvador Fernández se hará cargo de la coordinación de la política de las federaciones socialistas en las comunidades autónomas, y Guillermo Galeote asumirá la plena responsabilidad de las tareas electorales, al haber pasado Alfonso Guerra a la vicepresidencia del Gobierno.
Menos definidas quedan las responsabilidades internacionales atribuidas a José María Benegas, pero de las que, sin embargo, se hará cargo más directamente Elena Flores. A pesar de ello, resulta evidente que González asumirá también competencias en esta área, como muestra su reciente viaje a París para participar en la reunión sobre el cambio convocada por los socialistas franceses. El aparcamiento de Benegas en esta área de trabajo ha sido interpretado en medios socialistas como un intento de quien desde siempre ha controlado la maquinaria del partido para restar protagonismo a una figura aceptada de muy buen grado en el partido, como es el caso del joven político vasco.
Sin embargo, miembros del Comité Federal del PSOE insisten en que esta cesión de competencias por parte de quienes ocupan cargos en el Gabinete en favor de otros miembros de la ejecutiva no resuelve el problema de las relaciones entre el Gobierno y el partido vencedor en las elecciones. Y aunque el presidente González no aludirá a la labor realizada por los —para entonces— setenta días en el Gobierno, y muy especialmente a lo que se refiere a la política de nombramientos, algunos de los cuales no acaban de ser entendidos por los socialistas de siempre, sí tiene previsto dedicar varios párrafos de su informe de gestión a este espinoso tema, que viene a complicar los deseos del PSOE de delimitar y separar al máximo los trabajos del partido y del Gobierno.
Así, el que inicialmente se anunciaba como un encuentro de trámite del Comité Federal, oficialmente dedicado a aprobar las directrices básicas para confeccionar las listas electorales municipales, puede convertirse en una caja de resonancia de quienes, por unas u otras razones, sienten que el peso del partido en la vida política es insuficiente.
Pero el aparato del PSOE se muestra en desacuerdo con que tales cuestiones deban airearse en la reunión del Comité Federal. La estructuración de los canales entre el Gobierno y el partido y entre el partido y la sociedad afirman en la sede central del PSOE que debe iniciarse en la próxima conferencia de organización, que se celebrará en la primera semana de marzo. Sí parece resuelto, en cambio, el tema de las relaciones entre el Gobierno y el grupo parlamentario, puesto que ya hay un documento donde se especifican dichas relaciones, que será sometido en breve a la aprobación de los diputados y senadores socialistas.
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