Detectadas numerosas fugas de gas en el colegio Santo Domingo, en Vallecas
Un numeroso grupo de padres de alumnos del colegio Santo Domingo, situado en la calle de San Feliú de Guixols, en Vallecas, ha denunciado a la opinión pública su preocupación por las que consideran deficientes condiciones de las instalaciones del depósito y la caldera de gas propano que forman el sistema de calefacción de uno de los pabellones del centro.
A pesar de que las autoridades municipales sostienen que no existe peligro alguno, el hecho de que en el corto espacio de un par de años se hayan detectado varias fugas de gas y válvulas estropeadas mantienen a las familias de los niños en un estado continuo de tensión. Las referencias a la tragedia de Ortuella, ocurrida en octubre de 1980, en la que por una explosión de gas murieron cincuenta niños, estaban presentes en la mente de todos.El centro escolar Santo Domingo es uno de los mayores de la zona. Construido hace unos doce años, fue ampliado más recientemente con el pabellón en cuestión, en el que asisten a clase unos 320 niños de los cursos tercero, cuarto y quinto de EGB. En los últimos días, los padres decidieron no enviar a sus hijos al colegio hasta que no se consiguiera el vaciado del depósito. Según declararon a este periódico, "preferimos que no vayan a clase, o que se calienten con estufas de butano, antes que arriesgarnos a una desgracia.
Nueva revisión
En la mañana de ayer, la revisión de la caldera por parte de dos técnicos municipales era seguida con interés por el numeroso grupo de personas que habían acudido al colegio. Las explicaciones de los técnicos, relativas a la inexistencia de peligro alguno, no bastaron para tranquilizarles.Según los técnicos, es cierto que se han producido varias fisuras en las conducciones del gas y en algunas válvulas; pero, en cualquier caso, no puede ocurrir una repetición de lo de Ortuella, ya que, al estar las tuberías al aire libre -protegidas por una verja-, el gas se pierde en el aire y en ningún momento puede quedar comprimido, que sería lo que motivara la explosión.
Para los padres, estas explicaciones no son convincentes. Ya en octubre de 1981, una reunión de la junta directiva del colegio solicitó con urgencia que se vaciara el depósito de propano, con una capacidad de unos 2.500 litros, y se extendiera la calefacción eléctrica del resto del colegio al pabellón. Una carta enviada el 15 de octubre de 1982 por Madisa, empresa, encargada del mantenimiento de las instalaciones, al director señalaba que "se observó que existe fuga de gas en la válvula -de carga del tanque", y continuaba que -"deben limpiar la arena existente en la zona de la valvulería del tanque, deben colocar un cerramiento en la tapa de cofre del depósito". Posteriormente, el 16 de noviembre, un impreso. de reparaciones diagnosticaba así los nuevos defectos encontrados: "Termo quemado y limpiar quemadora. Comprobar y corregir fugas y funcionamiento caldera". El 25 de noviembre, una asamblea general de padres insistió en la necesidad de sustituir el sistema.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.