_
_
_
_

Careo entre el agresor del Papa y el búlgaro Antonov

Juan Arias

Ayer por la mañana tuvo lugar en la cárcel romana de Rebibbia un careo entre el agresor del Papa, el turco Ali Agca, y el búlgaro Serguel Antonov, subdirector de la compañía aérea Balkan en Roma, acusado por Agca de haber participado en el compló para asesinar a Juan Pablo II. Nada ha trascendido de este encuentro.La noticia es importante porque en las últimas horas se había hablado insistentemente de que el magistrado Ilario Martella, responsable de la investigación sobre el atentado contra el Papa, iba a conceder la libertad provisional al búlgaro Antonov, al cual más de siete testigos han defendido apasionadamente jurando que, a pesar de las acusaciones de Agca, el vicedirector de las líneas aéreas búlgaras no estuvo en la plaza de San Pedro el 13 de mayo de 1981, cuando el terrorista turco disparó contra el Papa.

Se esperaba para ayer, sábado, una decisión del magistrado romano sobre el caso Antonov, pero ha vuelto a producirse un nuevo compás de espera. El consejero instructor del sumario, Ernesto Cudillo, declaró ayer que "harán falta aún varios días" antes de poder tomar una decisión sobre si aceptar o no la petición de los abogados del búlgaro acusado para concederle la libertad provisional.

Y la confusión que existe en estos momentos sobre la pista búlgara lo demuestra el siguiente enésimo episodio casi novelístico. Ayer por la mañana todos los diarios del país daban la noticia del careo en la cárcel entre Ali Agca y Antonov y explicaban, con pormenores, según noticias filtradas, algunos de los resultados de dicho encuentro, según los cuales Antonov, frente a Ali Agca, había negado una y otra vez haberle conocido. A las pocas horas de aparecer los diarios la agencia Ansa difundió una declaración del consejero instructor Ernesto Cudillo en la que se desmentían todas estas informaciones con una razón contundente: "Porque no hubo dicho careo".

Dos horas más tarde, a las 12.53 minutos, otra noticia de Ansa: "Está realizándose en la cárcel de Rebibbia", afirmaba, "el careo entre Ali Agca y Serguei Antonov" La noticia fue confirmada a EL PAIS como absolutamente cierta.

Mientras tanto sus abogados han salido de repente para Bulgaria. Según noticias no confirmadas, han viajado a Sofia para contar a la familia de Antonov lo que está sucediendo en Roma. Pero se supone que también para algo más.A nivel de Gobierno, ayer otra nota significativa del Ministerio de Asuntos Exteriores. El ministro democristiano Emilio Colombo declaró que si se descubriera que ha habido implicaciones búlgaras en el atentado contra el Papa, la cosa podría resultar muy grave y el Gobierno italiano tendría que tomar decisiones urgentes. Pero añadía que mientras tanto hay que esperar a que la Magistratura dé su veredicto oficial.

Y el resultado ha sido que puede significar todo y nada: o que tiene noticias de que los jueces poseen una buena información contra los búlgaros o bien que, al contrario, está a punto de desvanecerse, como una pompa de jabón, todo este gran tinglado del famoso "caso búlgaro".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_