Los policías municipales de Avilés niegan haber rechazado el escudo constitucional
Una comisión de los policías municipales de Avílés, tras su vuelta a la normalidad en el servicio, se reunieron ayer con el alcalde de dicha localidad para exponerle algunas críticas sobre los cambios operados en su vestuario, que no afectan, según señalaron en una nota, a la inclusión del escudo constitucional.
También plantearon al alcalde, Manuel Ponga, del PSOE, otras reivindicaciones sobre el funcionamiento interno del Cuerpo. Los policías municipales de Avilés habían estado reunidos en asamblea permanente desde el pasado martes hasta la noche del pesado viernes, por negarse a vestir el nuevo uniforme con el escudo constitucional, unas tiras blancas de identificación y una ficha con el nombré de cada agente.El jefe de la Policía no les dio el servicio a los municipales hasta que ayer aceptaron vestir el nuevo uniforme. Los agentes matizaron efectivamente, en una nota pública inicial en la que afirmaban rechazar la incorporación de los nuevos distintivos al uniforme, que nada tienen en contra del escudo constitucional.
Un escrito del alcalde, Manuel Ponga, que había puesto singular enfásis en la negativa de los policías a incorporar este símbolo a sus gorras, dejó en entredicho la credibilidad democrática de éstos ante la opinión pública.
El acuerdo de aceptar el nuevo uniforme fue adoptado en una asamblea tras la rotunda negativa del alcalde de abrir cualquier negociación mientras continuaran acudiendo al cuartel sin los distintivos añadidos, especialmente las cintas de identíficación. Entre las últimas medidas que el alcalde de Avilés se decidió a tomar para resolver el problema, figuraba la incoación de expedientes individuales contra cada uno de los agentes encerrados en asamblea.
Entre los policías municipales de Avilés existe un creciente malestar porque se consideran discriminados con respecto de otros funcionarios. Las numerosas modificaciones introducidas en sus uniformes, últimamente, consideradas por un sector de los agentes como motivo de burla pública, hicieron saltar su protesta, cuyos móviles reconocen que han sido mal transmitidos por ellos mismos, lo que permitió, añaden, su manipulación por parte de la Alcaldía, que echó a la opinión pública en contra suya.
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