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El Gobierno fomentará la programación concertada para las compras electrónicas de la Administración

Xavier Vidal-Folch

El fomento a la industria electrónica e informática española, a través de la programación concertada entre la Administración y las empresas privadas, para lograr que la política de compras de los organismos oficiales sea un estímulo a la producción y a la investigación autóctonas es uno de los objetivos claves del Ministerio de Industria, según ha explicado a este diario el nuevo director general de Electrónica e Informática, Joan Majó Cruzate.

Joan Majó, quien accede al cargo tras una larga experiencia profesional en empresas del sector -fue fundador, en 1964, de Telesincro, y su presidente hasta 1975, y gerente de Sistemas de Peaje SA, además de decano del Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña y presidente del Consejo General de España de esta profesión- considera que "un país de nuestro nivel industrial puede aceptar el dominio de las multinacionales en según qué sectores, pero no en otros, como los equipos para la Defensa y Telecomunicaciones".Este ámbito de la electrónica profesional (Defensa, Telecomunicaciones, Electromedicina), en que la mayor parte de las compras es de origen público, permite "una política de promoción de la fabricación nacional", de forma que la demanda de la Telefónica, la Seguridad Social, Correos y los diversos ministerios, administraciones autónomas y locales y organismos autónomos "se convierta en el motor fundamental para la consolidación de una sector electrónico industrial español, pues ese es el camino que han seguido todos los países avanzados". El peligro de esta política, reconoce Majó, es que la promoción de un sector industrial propio redunde en perjuicio de un mal servicio a los consumidores.

Para encontrar el necesario equilibrio entre la cobertura por empresas españolas de una buena parte de la demanda y la exigencia de que los productos tengan suficiente calidad, la solución "no es proteger el mercado, sino preverlo". La fórmula para lograrlo es la programación concertada: "se requerirá a los diversos organismos oficiales para que programen sus necesidades de equipo a largo plazo" a fin de permitir que la producción nacional pueda ofertar productos de similar calidad y eficiencia a los extranjeros. Joan Majó proyecta la realización de programas concretos, mediante acuerdos de colaboración en que el organismo oficial en cuestión indique sus necesidades y las especificaciones del producto pedido, las industrias diseñen programas de investigación específicos y de realización de prototipos y preseries industriales y el Estado sufrague ese proceso de investigación, recuperando los recursos mediante los rendimientos de las primeras series en caso de éxito. Todo ello "exige naturalmente, que los diversos organismos oficiales conformen su actuación a las directrices marcadas por el Ministerio de Industria en este aspecto".

La carrera de la investigación

El nuevo director general -"ilusionado., porque éste es uno de los sectores que debe crear empleo, y además empleo muy cualificado"- operará en el sector informático sobre dos ejes: conseguir la ampliación de la fabricación de equipos en España por parte de las multinacionales, porque "es realista pensar que hay todo un sector en el que jamás tendremos tecnología propia", y potenciar a un tiempo la actuación de Secoinsa, "especializándola en un segmento concreto del mercado y protegiéndola en él".

Tanto en este sector como en el electrónico, considera posible recuperar la carrera de la investigación. "Por ejemplo, en la microelectrónica, favoreceremos la instalación de alguna gran multinacional, a cambio de que realice una transferencia tecnológica importante. A esto añadiremos los fondos necesarios para garantizar la asimilación de la nueva tecnología y su desarrollo". Se trata de una operación para "volver a situarnos; en línea de competencia, de comprar el tiempo perdido, pero aportando las condiciones necesarias para que no se vuelva a perder". Esta línea de actuación, insiste Joan Majó, no se realizará en todos los segmentos del mercado, sino seleccionando cuidadosamente los minisectores en que España pueda ser competitiva: "sería ilusorio intentarlo en el terreno de los grandes ordenadores, pero no en el de terminales y microordenadores".

Algunas de estas ideas están recogidas ya en el documento que la comisión de expertos nombrada por el anterior Gobierno y presidida por José Angel Sánchez Asiaín ya ha concluido y entregará al ministro dentro de este mes. Y aunque diagnóstico y propuestas serán retocadas en función de las prioridades del nuevo Gobierno, el actual director general, que conoce ya el borrador, opina que "es un trabajo muy bien hecho, su esquema básico es perfectamente válido". El calendario para contar con un Plan Electrónico Nacional, a partir de la entrega de este documento, es su revisión en un plazo máximo de dos o tres meses y la presentación del plan definitivo, antes del verano. La intención es presentar el plan a las Cortes más que actuar por vía de decreto-ley.

Japoneses y europeos

En cuanto a los otros sectores de su competencia, la industria de componentes y la electrónica de consumo, la directriz socialista estriba en profundizar el actual plan de reconversión de las empresas de componentes y favorecer un acuerdo tecnológico de los fabricantes de video con grandes empresas japonesas. Profundizar el plan de reconversión de la industria de componentes (que afecta a Piher, Biaggi y Fagor) porque es un sector de futuro y su crisis no proviene de un descenso de la demanda, sino de la inadaptación tecnológica y de costes y porque "tenemos el temor de que el actual plan no es lo bastante intenso, en tiempo y recursos, y eso origina el peligro de que a la postre se quede a medias, con lo que se habrían perdido todos los recursos invertidos". El impulso al pacto de las empresas españolas de video con la tecnología japonesa se defiende por la necesidad de compensar de este modo el inmenso poder del nuevo grupo europeo en formación (Philips, Grundig, Thorrison y Telefunken), que ostentará más del 60% del mercado español de la línea marrón (video, televisión en color y audio): "Si no se busca una salida de este tipo, las empresas autóctonas correrán mucho peligro". Joan Majó, que pertenece a la saga de catalanes recién incorporados a la Administración central, y que ha colaborado en la comisión de redacción del Libro Blanco de la Electrónica en Cataluña propiciado por la conselleria de Industria de la Generalitat, alberga el deseo de una íntima colaboración entre la Administración central y las autónomas. "En el caso de Cataluña, ésta viene por sí sola, puesto que ya hemos colaborado y porque la mayor parte de la industria electrónica está radicada en Cataluña", razones por las que "la opinión y las propuestas de la Generalitat no sólo serán bienvenidas, sino solicitadas".

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