La obra dispersa de Manuel Sacristán se publicará en cuatro volúmenes

La obra dispersa del filósofo y profesor universitario Manuel Sacristán empezará a ser publicada en los próximos meses dentro de un proyecto que prevé la recopilación en cuatro volúmenes de su amplísima producción de escritos de reflexión filosófica y política, prácticamente desconocida en su integridad. Manuel Sacristán está ejerciendo la docencia en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde imparte cursos de Metodología de las Ciencias Sociales, la misma asignatura que ha venido impartiendo desde hace años en la facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona, donde ha profesado siempre como no numerario.Sacristán es autor de trabajos fundamentales en la historia de la filosofía española de los últimos veinte años, como Las ideas gnoseológicas de Heidegger, tesis con la que se doctoró en 1958 (publicada en 1959), y su Introducción a la lógica y al análisis formal (publicada en 1964), pero el grueso de su obra está formada por artículos, introducciones, estudios fragmentarios o en algunos casos publicados anónimamente. Se trata de una obra nada convencional y no pensada desde el punto de vista de la publicación dentro del negocio editorial, sino desde el punto de vista de su utilización militante.

Sacristán fue miembro de la dirección clandestina del Partit Socialista Unificat de Catalunya, pero a fines de la década de los sesenta empezó a distanciarse de las posiciones del comunismo oficial, hasta su definitiva ruptura a mediados de los años setenta y después de haber dimitido de todas sus responsabilidades ya en 1970. Desde su ruptura con el PSUC, Sacristán ha formado parte, y de hecho ha encabezado intelectualmente, un activo grupo de militantes comunistas radicales, primero en torno a la revista Materiales, y en la actualidad en torno a Mientras tanto.

Los cuatro volúmenes que agruparán ahora esta obra dispersa llevarán como título general el de Panfletos y Materiales. El primer volumen se titulará Sobre Marx, marxismo, socialismo, y en él se recogerán artículos como La tarea de Engels en el Anti Dühring, y Revolución en España, que vió la luz en 1959 como introducción a la primera edición de una obra de Marx y Engels publicada en España después de la guerra, y que fue traducida y prologada bajo seudónimo. El segundo volumen llevará por título Artículos filosóficos, y en él se recogerán principalmente escritos de los años 50 y 60, muchos de ellos totalmente desconocidos para el lector de temas filosóficos de hoy, pero otros tan polémicos y discutidos como Sobre el lugar de la filosofía en los estudios superiores.

El tercer volumen se titulará Lecturas, y versará sobre temas literarios, concretamente el Ayanhui de Sánchez Ferlosio, Goethe, Heine, Joan Brossa y la canción y los poemas de Raimon. El último de los cuatro volúmenes, cuyo índice no está todavía decidido, llevará por título Intervenciones políticas, y recogerá los trabajos más directamente implicados en la actividad política desarrollada por el filósofo. Los volúmenes de Panfletos y Materiales serán publicadas por la editorial Icaria de Barcelona.

Manuel Sacristán (1925) ha sido considerado como uno de los introductores del marxismo en España, no tan sólo gracias a sus traducciones de Luckács y de Marx y Engels, y a la docencia universitaria, sino también a su personal aportación. Pero a Sacristán se debe la reintroducción de los estudios de lógica matemática en la Universidad de Barcelona después de la guerra. Un buen número de obras básicas de la bibliografía filosófica y lógica contemporáneas han sido traducidas por él: las obras más importantes de Quine, y otras de autores como Hasenjaeger y Mario Bunge, además de los marxistas Labriola, Della Volpe, Agnes Heller y Zeleny.

En 1965 fue expulsado de la Universidad de Barcelona, en la que profesaba desde 1956, a causa de sus actividades políticas. Hasta hace un año la universidad española no tuvo un gesto de reconocimiento de su aportación a la cultura y al pensamiento, y poco antes de este reconocimiento un consejo de rectores rechazó su candidatura para el nombramiento como catedrático extraordinario, honor que compartió con un nutrido grupo de personalidades de primera fila. Poco después el Ministerio de Educación le nombró catedrático de contratación permanente.