El Defensor del Pueblo destaca en la toma de posesión de su cargo la 'autoridad' derivada de su elección casi por unanimidad

Joaquín Ruiz-Giménez prestó ayer juramentó y tomó posesión del cargo de Defensor del Pueblo, en un acto celebrado en el Salón de los pasos perdidos del palacio del Congreso de los Diputados, ante las Mesas de ambas Cámaras y en presencia del vicepresidente y otros miembros del Gobierno y de los presidentes de los altos organismos del Estado. Ruiz-Giménez resaltó más tarde que la votación prácticamente unánime del Congreso y del Senado le permitirá desempeñar su cargo "con más autoridad" y ratificó su propósito de proponer como adjuntos a Alvaro Gil-Robles y Margarita Retuerto.En su primera conferencia de Prensa como Defensor del Pueblo, Ruiz-Giménez, que calculó en cien mil las peticiones que recibirá en el primer año, destacó la importancia de haber obtenido el consenso parlamentario sobre su candidatura, precisamente en un caso en el que no era estrictamente necesario el diálogo con el principal grupo de la oposición. "En esta situación, había que demostrar", dijo, "que no queríamos la mayoría mecánica". Respecto a la vinculación de Margarita Retuerto con el Grupo Parlamentario Popular, Ruiz-Giménez manifestó que "tanto mejor, ya que la labor del Defensor del Pueblo es de crítica al Gobierno". Añadió que, en todo caso, ambos adjuntos, como él mismo, desde el momento de su toma de posesión, se desvinculan de cualquier adscripción política partidista.

Ruiz-Giménez reconoció su propósito de proponer a la comisión mixta Congreso-Senado los dos adjuntos citados, cuyas cualidades elogió, especialmente en el caso de Alvaro Gil-Robles, de quien valoró su capacidad de organización, que servirá de contrapeso, según dijo, "a mi tendencia a la poesía y, si se me entiende bien, a una cierta acracia, a la que viene bien tener cerca una persona ordenada". El Defensor del Pueblo recordó su dependencia respecto a las Cortes Generales, cuyo control máximo está representado por la capacidad de destituirle, por la misma mayoría de tres quintos necesaria para elegirle.

El control de las Cortes

El presidente del Congreso de los Diputados, Gregorio Peces-Barba, se había referido también, en el discurso que cerró el acto de toma de posesión, a la facultad de las Cortes Generales para "nombrar y controlar al Defensor del Pueblo, en un contrapeso de su poder y su responsabilidad" y a la conveniencia de "implantar usos para ejercer esa función de control". Peces-Barba reconoció, en todo caso, que Ruiz-Giménez no actuará con mandato imperativo alguno y resaltó el hondo significado de la presencia en el acto del Gobierno -"como jefe de la Administración pública, principal vigilado por el Defensor del Pueblo"-, que demuestra, dijo, "su voluntad de sometimiento a la Constitución".En el acto de toma de posesión, el presidente del Senado, José Federico de Carvajal, recordó que la voz de Joaquín Ruiz-Giménez se ha levantado "allí donde ha aparecido una violación o una posible violación de los derechos humanos, para denunciarla". Se congratuló de su elección y la valoró como evidencia del respeto con que el poder ejecutivo ha de mirar los derechos de la persona. Ruiz-Giménez destacó el carácter "a la vez noble y difícil" de su misión.