El asesinato a balazos de dos guardias civiles en Irún rompe las esperanzas de tregua en el País Vasco

"Las esperanzas abiertas por el llamamiento del ministro del Interior a las organizaciones armadas quedan nubladas por este atentado y ya las cosas no podrán ser como habíamos esperado", declaró el nuevo gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga, en relación al asesinato de dos guardias civiles, abatidos a tiros a primeras horas de la mañana de ayer en la estación internacional de ferrocarril de Irún. En una nota de Prensa hecha pública ayer por el Gobierno se arirma que "estos asesinatos reafirman nuestra voluntad de combatir la acción de las bandas terroristas con todos los medios a su alcance".

Los guardias Juan García Mencía y Angel López Hernández fueron ametrallados por dos jóvenes apostados en la desembocadura de un paso subterráneo, junto al andén número 6 de la citada estación. Los dos guardias inspeccionaban en ese momento los vagones de un tren de viajeros a punto de partir, tras haber cumplimentado los trámites de aduana.Juan García Mencía, de 48 años, natural de Gordalizo del Pino (León), casado y padre de dos hijos, se desplomó, ya sin vida, en el andén, mientras que entre el numeroso público presente en el lugar se producían escenas de pánico, con gritos y carreras en dirección de la salida. Su compañero, Angel López, de veintidós años, soltero, natural de Málaga, quedaba, por su parte, tendido en la vía, todavía con vida. Auxiliado en primera instancia por un testigo que posee el título de socorrista, fue posteriormente trasladado en ambulancia a la residencia Nuestra Señora de Aránzazu, de San Sebastián. El socorrista, que acompañó al guardia a bordo de la ambulancia, indicó más tarde que durante todo el trayecto Angel López sólo repetía una y otra vez: "¡Me asfixio, me asfixio!". El herido falleció cinco minutos después de su ingreso en el quirófano del centro, cuando los médicos iban a iniciar una delicada operación quirúrgica.

Los autores del atentado, al parecer dos jóvenes - aunque algunos testigos afirmaron haber visto a tres personas armadas-, huyeron a pie, mezclados con el público que salía del recinto, hasta la puerta de la estación, en cuyas inmediaciones les esperaba otro cómplice a bordo de un automóvil Ford Escort de color rojo, matrícula de San Sebastián 8022-0, en el que prosiguieron su huida con rumbo desconocido. El coche había sido robado una hora antes por dos desconocidos, que amenazaron pistola en mano a su propietario, al que dijeron que pertenecían a ETA.

La versión, recogida por una agencia de Prensa citando a algunos testigos, según la cual los autores del atentado habrían llegado poco antes a la estación en un tren procedente de Francia, resulta escasamente verosímil, al menos si se admite la hipótesis, que parece fuera de toda duda, de la pertenencia a ETA del comando agresor. No parece creíble, en efecto, que los autores del atentado se arriesgasen a ser identificados en la frontera, especialmente si portaban con ellos las armas que utilizaron para ametrallar a los dos guardias, aparte del escaso interés que para ETA tendría un desafío tan explícito a las autoridades francesas, que reforzaron, nada más conocerse el atentado, la vigilancia de los pasos fronterizos de la zona de Irún en ambas direcciones.

El nuevo gobernador civil de Guipúzcoa, Julen Elgorriaga, comentó ante la noticia del atentado -el primero que se produce en el País Vasco después de su toma de posesión- que "en estas circunstancias las medidas a adoptar (en relación a los miembros de las organizaciones armadas) no podrán ya ser las que podían haber sido". Se refería el gobernador a las declaraciones realizadas el pasado día 22 por el ministro del Interior: "Si hay algo más que puro gangsterismo detrás de estas organizaciones terroristas", había dicho el ministro, "tienen posibilidad, dentro del sistema democrático, de participar en la lucha política. Pero es que no vemos en ETA más que pura barbarie, una organización de malhechores. Sin embargo, estoy dispuesto a rectificar mi criterio: que estén seis meses sin llevar a cabo ningún atentado terrorista y luego verernos".

En opinión de Elgorriaga, el atentado nubla las esperanzas que todos habíamos puesto en el llamamiento del ministro del Interior a las organizaciones armadas".

Por su parte, el Gobierno hizo pública una declaración en la que, tras manifestar su condolencia a los familiares de las víctimas y su solidaridad con el conjunto de las Fuerzas de Seguridad, "expresa su indignación por este atentado contra el más elemental derecho humano, como es la vida".

"El Gobierno", se afirma en la nota, "va a continuar aplicando las medidas, ya iniciadas, de reforzamiento de la seguridad en las zonas del territorio nacional más necesitadas de las mismas, así como la extensión e intensificación de los medios de información existentes. Los crímenes, secuestros y todo tipo de atentados contra los derechos humanos, cometidos por quienes se han colocado voluntariamente fuera de la ley, y contra las aspiraciones populares, expresamente manifestadas, no suscitan más respuesta que la de intensificar nuestros esfuerzos para que los responsables respondan efectivamente de sus actos con la severidad que nuestras mismas leyes determinan".

Los funerales se celebrarán esta mañana en el Gobierno Civil de Guipúzcoa, y a ellos asistirá el ministro del Interior.