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Compromiso de los grandes bancos a reducir el coste de captación del pasivo

A pesar de las cortinas de humo lanzadas por Rafael Termes, presidente de la patronal bancaria, sobre el aplazamiento del pacto de caballeros entre los ocho grandes para frenar el coste del pasivo en los mismos, lo cierto es que en la última reunión que mantuvieron los consejeros delegados de estas instituciones se llegó al compromiso formal de poner freno a las retribuciones de los depósitos de clientes, después de discutir de forma acalorada quién era el responsable de la filtración a la Prensa del contenido del acuerdo. Banesto, que había iniciado una política de captación de pasivo a precios elevados, ha dado a conocer que se incorpora al grupo de los tres primeros bancos que, de manera oficiosa, ya anunciaron una rebaja.

Enfrentamientos fuertes entre los comensales para tratar de averiguar sobre quién recaía la responsabilidad de haber dado a conocer a la Prensa el contenido del documento presentado por uno de los grandes a la consideración de todos los demás primaron en la primera parte de la comida, hasta que se decidió que uno de ellos había sido. De esta parte de la discusión parece que se sacó en claro "que se hablaba demasiado" y que se daban a conocer demasiados documentos que algunos querrían que no salieran a la luz pública y continuaran siendo reservados y confidenciales.La confirmación de Rafael Termes como portavoz de este tipo de encuentros, "encargado, en esta ocasión, de intentar distraer la atención hacia otros temas", según fuentes bancarias de toda solvencia, y frenar el flujo de información que se filtrara fueron los resultados de esta parte de la comida.

Pero, al margen de estas escaramuzas, en dicha reunión se discutieron temas referentes a la marcha del ejercicio, especialmente en lo que se refiere a la cuenta de resultados, y al compromiso de reducir en varios puntos la retribución del pasivo captado, aunque ello significara frenar la lucha por ocupar un puesto más relevante en el ranking de importancia bancaria. Las primeras aproximaciones que se hicieron al pacto de caballeros significaban una reducción menor de la ya decidida por algunos bancos, de cara al ejercicio próximo, lo que hizo que alguno de ellos manifestara que, en cualquier caso, su posición era inamovible y mantendría sus planes de rebaja por debajo de lo que estaba a punto de ser acordado, aunque ello le supusiera un descenso de depósitos importante.

Para alguno de los consejeros delegados presentes la medida es absolutamente imprescindible para mantener un nivel de rentabilidad mínima de las instituciones financieras. No sólo porque la tendencia a la baja en los tipos de interés en los mercados internacionales tiene que acabar reflejándose en el mercado español, sino porque consideran que más tarde o más temprano, el Gobierno les empujará indirectamente a que rebajen los precios de los créditos.

En algunos medios financiero se considera que el pacto de caballeros, sobre el que no se ha establecido ningún tipo de mecanismo de control, y por ello mismo cada banco irá anunciando su incorporación de forma individual, o simplemente lo empezará a poner en marcha, es casi de supervivencia, ya que "si mantenemos la carrera por la captación de pasivo no nos salvamos". Esta debilidad es la que, en opinión de estas fuentes, va a hacer posible el mantenimiento del pacto aunque no haya un compromiso formal al que acogerse.

La decisión adoptada por los grandes bancos afecta al 80% de los depósitos totales, ya que entre los siete grandes y sus filiales copan esta cuota de mercado. A los demás bancos se les va a sugerir que alineen sus pagos por depósitos a las cifras adoptadas por la gran banca, y algunos de los medianos ya han dicho públicamente que lo harán, como es el caso del Banco de Sabadell. En círculos financieros se considera que dicha recomendación será seguida por la gran mayoría, aunque no se descarta que algún banco o grupos de bancos decidan no sumarse a la medida y continúen su singladura por libre.

El acuerdo verbal al que se ha llegado ya, y que ha dado como resultado la incorporación de Banesto al grupo que ya venía practicando una política de reducción, o que había anunciado que la pondría en marcha a partir de enero, establece una retribución máxima del 13% para imposiciones de más de diez millones a cualquier plazo; entre el 12,5% y el 13% para depósitos de cinco a diez millones, y del 11/ 12,5% para aquellas cantidades comprendidas entre uno y cinco millones. Para cantidades menores no se debería sobrepasar el 7,57 anual para imposiciones a seis meses, ni en el 11%, para un año.

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