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El PC italiano dedicará un interés especial hacia los católicos

Juan Arias

"Por parte del Partido Comunista existe hoy una atención más atenta y decidida hacia el área católica y cristiana". Así lo afirmó Enrico Berlinguer, secretario general del Partido Comunista italiano, el más importante del mundo occidental y el segundo de este país después de la Democracia Cristiana.

La entrevista de Berlinguer, concedida a la Agencia Periodística de Inspiración Cristiana Progresista (ADITA), ha constituido ayer un acontecimiento político porque toda ella está dedicada a las relaciones entre el PCI y el mundo católico.

Las interpretaciones políticas a este gesto no se han hecho esperar, sobre todo porque, como es conocido, el líder comunista es un elefante para conceder entrevistas, como afirman sus mismos colaboradores.

Se piensa que es sintómatico que Enrico Berlinguer recuerde en este momento, con tanta fuerza, el deseo de estrecha colaboración de los comunistas italianos con las fuerzas progresistas católicas y cristianas.

Sobre el particular hay cuatro motivos: arrecia la campaña contra los países del Este por lo que se refiere al atentado al Papa. Al frente de la secretaría política de la Democracia Cristiana está un hombre, Ciriaco de Mita, que está recogiendo el consenso de muchos de los católicos progresistas que hasta ayer militaban en el PCI, y porque el Partido Socialista ha abierto también un diálogo con el mundo progresista católico.

Lucha por el poder

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Y si fuera poco, porque existe, dentro del Partido Comunista una lucha sorda entre el grupo de origen católico, partidario del compromiso histórico y el grupo prosocialista que prefiere un encuentro con las fuerzas socialistas y laicas.Enfin, porque se afirma que Berlinguer ha caído en desgracia ante el grupo católico por haber renunciado a su viejo amor del compromiso histórico, pasándose a la alternativa de izquierdas tras haber afirmado que su partido "no gobernará nunca con la Democracia Cristiana".

Esto ocurre en vísperas de un congreso nacional que podría significar la jubilación política de Berlinguer zarandeado, dentro de su partido entre los grupos prosocialista, prosoviético y procatólico.

En esta entrevista afirma que hoy el Partido Comunista Italiano se considera "fuerza alternativa a la Democracia Cristiana", pero protesta contra la identificación de católico con democristiano y de democristiano con político corrompido.

Aquí renace su viejo amor por un tipo de compromiso histórico con "todas las fuerzas progresistas del país" sin tener en cuenta su procedencia.

Según Berlinguer la verdadera alternativa al alma vieja de la Democracia Cristiana y a sus métodos reaccionarios de gestión del poder es la unión de todas aquellas, que, no importa de qué fe política o religiosa vengan, se empeñen en cambiar a este país y estén dispuestos a hacerlo "empezando por los últimos" y no por los que, hasta ahora, han sido objeto de privilegios y de poder.

La entrevista de Enrico Berlinguer a ADITA es, según algunos, el canto del cisne del secretario general del PCI y, según otros, un mensaje enviado, antes del Congreso, para que "quien pueda entender, entienda".

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