La destitución de los embajadores ante la OTAN y el Reino Unido es un "error administrativo"

y L. M. L., La destitución de Javier Rupérez como embajador ante la OTAN y de Fernando Arias Salgado como embajador en Londres, publicada por medio de los correspondientes decretos del Ministerio de Asuntos Exteriores en el Boletín Oficial del Estado del pasado miércoles, no será efectiva hasta pasados treinta días desde que ambos pusieron sus cargos a disposición del ministro, según declaró ayer a EL PAIS el subsecretario de Asuntos Exteriores, Leoncio Gonzalo Puente Ojea. El propio ministro, Fernando Morán, afirmó en Bruselas que la publicación de la destitución de Rupérez (y aparentemente también la de Arias Salgado) se debió a un "error administrativo, justificable en un Consejo de Ministros tan abultado".

Según informa Efe, Fernando Morán aseguró en Bruselas, tras la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN, que el cese de Javier Rupérez "se trata de un error explicable y justificable en un Consejo de ministros tan abultado, pues yo hice saber tan sólo que, en el futuro, el embajador deseaba servir en otro servicio diplomático. Con todo, el embajador seguirá en su puesto y se fijará en su momento el plazo de su cese efectivo". Morán elogió la "competencia profesional y celo indudables" de Rupérez, y precisó que consideraba necesaria su permanencia en la embajada ante la OTAN cuando él acudiera al Consejo ministeríal, "en primer lugar, por su actividad profesional, pero también para no crear ninguna falsa impresión en la organización". En los decretos de cese de Rupérez y Arias Salgado ("por pase a otro destino", que no se especifica) no se indica la fecha de entrada en vigor de los mismos.A su llegada a Madrid procedente de Bruselas, Morán no mencionó a los periodistas la existencia del citado error administrativo. "El embajador de España en la OTAN", aseguró, "como todo funcionario, tiene un cargo que cesa". Tras calificar el comportamiento profesional de Rupérez como "absolutamente correcto", el ministro afirmó: "El señor Rupérez, probablemente, no se sentía muy cómodo desempeñando esta función, y puede desempeñar fanciones diplomáticas en las que lo esté más cómodo. Yo he coincidido con él en este tema".

En declaraciones posteriores a EL PAIS, Morán minimizó el interés de la cuestión "ante la importancia de los temas abordados en la reunión ministerial de Bruselas" y señaló que "no hay que dar la sensación de tensiones que no existen", por motivos de "interés nacional". No obstante, reconoció que el cese se había decidido, efectivamente, en el primer Consejo de ministros del Gabinete socialista, pero también se acordó no hacerlo público antes de su asistencia a la cumbre ministerial de la OTAN.

El disgusto de Morán

Por su parte, el subsecretario de Asuntos Exteriores, Leoncio Gonzalo Puente Ojea, en declaraciones a este periódico, informó que tanto Rupérez como Arias Salgado pusieron sus cargos a disposición del ministro cuando el Gobierno tomó posesión, el pasado día 3, y que fueron aceptados. No obstante, las reglas del cuerpo diplomático establecen que los ceses no entran en vigor hasta pasados treinta días de su aceptación que, en este caso, se cumplirán el 2 de enero. ¿Por qué, sin embargo, no se respetó el plazo y se publicaron los ceses en el BOE?. "Por un fallo administrativo", asegura Puente Ojea, "el mecanismo se disparó demasiado pronto". La causa fue que, cuando el ministro estaba comentando estos dos ceses con otro alto cargo, se encontraba presente el anterior secretario general técnico quien, al oír que era propósito del Gobierno reemplazarles, sobreentendió que era una decisión firme e inmediata y la remitió como tal al BOE".

Morán tuvo "un gran disgusto", afirma el subsecretario de Exteriores, "y dio todo tipo de explicaciones a los dos embajadores". El ministro de la Presidencia, por su parte, va a proponer en el próximo Consejo de Ministros que se aclare de manera oficial el carácter no inmediato de los ceses".

Las destituciones de Javier Rupérez y Fernando Arias Salgado estaban cantadas desde que se produjo la transmisión de poderes. La postura del todavía embajador en la OTAN respecto a la posición española en la organización se identifica, lógicamente, con la del anterior Gobierno de UCD. En cuanto al embajador en Londres, su paso por la dirección general de Radio Televisión Española fue muy discutida y objeto de una querella en la que se personó, como parte, el actual presidente del Gobierno, Felipe González.