Segunda operación 'acordeón' para el Banco Industrial del Mediterráneo en poco mas de dos años
En un ambiente de funeral, la junta extraordinaria del Banco Industrial del Mediterráneo (BIM) aprobó ayer una reducción de capital y posterior ampliación, en la línea de las precedentes juntas de Banca Catalana y del Banco Industrial de Cataluña. Es la primera vez que en la historia bancaria española un banco realiza por segunda vez una operación acordeón. Apenas dos años y medio antes, el BIM había acudido al expediente de reducir y ampliar capital.
El discurso del presidente, Juan Antonio Ruiz de Alda, empezó precisamente justificando ese contrasentido. Recordó que en agosto de 1980, el valor de las acciones se redujo a la mitad y que el capital se amplió en 2.500 millones, que fueron suscritos en su gran mayoría por Banca Catalana, que se hizo así con la absoluta mayoría del BIM. Este saneamiento se completó con una ayuda del Fondo de Garantía por un importe de 7.000 millones."¿Acaso la operación acordeón realizada entonces estuvo mal planteada?", se preguntó el secretario del Fondo de Garantía de Depósitos y administrador provisional del BIM. "No, las previsiones eran correctas", se autocontestó, "pero ha ocurrido que muchas de las previsiones razonables que entonces se hicieron no han podido cumplirse por causa de la mayor profundidad de la crisis económica".
29.000 millones no rentables
Con aquel saneamiento -la ampliación de 2.500 millones y las ayudas del Fondo por 7.000 millones- se cubrió, según el informe de Ruiz de Alda, la práctica totalidad de los activos de imposible recuperación, que eran consecuencia del fuerte riesgo crediticio otorgado por el banco a sus empresas vinculadas. Los activos no rentables oscilaban entonces en torno a los 20.000 millones de pesetas. En lugar de recuperar rentabilidad han empeorado: "Todo ello ha provocado que permanezcan aquellos 20.000 millones, lo que sumado a las rentas generadas y no cobradas y al deterioro de la situación económica, su cuantía alcance hoy los 29.000 millones".Estos 29.000 millones se descomponen en tres partidas. La primera, de 4.495 millones de pesetas se nutre de "créditos que carecen de todo respaldo patrimonial" y que por tanto hay que llevar inmediatamente a la cuenta de pérdidas. De esos 4.495 millones, 338 estaban pendientes de saneamiento desde la operación de 198:0. Para cubrir esa partida se destina el producto de la reducción y ampliación de capital. Otros 11.442 millones corresponden a activos fallidos proveniente del incremento de la actividad crediticia a favor de las empresas del grupo. Finalmente, 14.743 millones más es el montante total de los activos no rentables, que no son capaces de pagar los intereses, aunque sea previsible que a un plazo medio puedan hacerlo. Los activos sanos del banco totalizan 35.000 millones de pesetas, distribuidos en inversión bancaria en el grupo y en clientes terceros.
Ampliación de capital
La cuenta de pérdidas y ganancias del BIM, que registra oficialmente unas pérdidas de 84 millones de pesetas es, según este informe, demasiado optimista, puesto que el ritmo de pérdidas anual asciende a 3.400 millones.Con esta radiografía de la entidad en la mano, Ruiz de Alda sostuvo que la toma de medidas, con carácter inmediato, era ineludible, dado que la proporción entre activos fallidos y no rentables de un lado, y la de activos sanos, del otro, va creciendo en favor de aquéllos. Por ello, la primera fase del saneamiento consistirá en la recomposición de fondos propios, aplicando las reservas y la reducción del capital para sanear los 4.495 millones del quebranto principal y ampliando luego el capital en 3.500 millones, para cumplir con el coeficiente de garantía del 8% establecido por el Banco de España. La ampliación, que se abrirá el próximo día 10, acabará el 10 de enero, ofreciéndose a los accionistas el canje de acciones (de valor una peseta) del BIM por títulos de Banca Catalana, al igual que se ha hecho en el caso del Banco Industrial de Cataluña. Una segunda fase contemplará la ayuda del Fondo de Garantía cifrada en 20.000 millones, para sanear los fallidos y compensar la falta de rentabilidad de los activos que no generan intereses. En total, el Fondo aportará 23.500 millones.
Estos medidas fueron encajadas con lamentos por varios accionistas. Uno de ellos expresó su "insignificante repulsa" a la actuación del Banco de España, considerando que sus inspecciones sobre la entidad "no habían servido para nada". Las protestas no llegaron a más y se aprobaron todos los acuerdos.
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