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Las cifras del grupo Catalana

Con la celebración de la junta del BIM acaban las reuniones extraordinarias de los bancos del grupo Catalana para realizar sendas operaciones acordeón. Las situaciones de otras entidades del grupo, como el Barcelona y el Gerona (que sólo en un tercio, y no en un 55%, como se había dicho, pertenece a la Unió de Botiguers) serán abordadas pronto en forma menos traumática.Una simple adición de las cifras expuestas por Ruiz de Alda en las juntas de Catalana, el BIM y el BIM indica que, entre activos ficticios -esto es, aquéllos que no tienen ningún soporte patrimonial ni derecho que les respalde, y que vienen a ser meros apuntes contables- y activos fallidos (que a corto plazo deben considerarse como pérdidas), los tres bancos totalizan 129.112 millones de pesetas. Los activos no rentables (créditos cuyos deudores no tienen ingresos para pagar los intereses) ascienden a 69.511 millones de pesetas, que pueden ser recuperables mediante una gestión eficaz y la ayuda de la coyuntura económica. Los activos sanos ascienden, finalmente, a 249.050 millones.

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Las cifra,; manejadas por los actuales administradores son muy asimilables a los 138.000 millones de activos ficticios y no productivos anunciados el pasado septiembre por el antiguo consejo que encabezaba Eusebi Díaz-Morera al Banco de España, y reproducidos por éste en su comunicado oficial del 3 de noviembre. La similitud de los datos anunciados en septiembre con los ahora revelados indica que la espera de la auditoría externa no ha aportado novedades sustanciales, espera que, sin embargo, ha resultado muy gravosa para los depósitos del grupo.

La ayuda que el Fondo de Garantía aportará, en conjunto, al grupo, ascenderá a 148.500 millones de pesetas, entre las ampliaciones de capital y las compras de activos y créditos sin interés a largo plazo. Con estas ayudas la autoridad monetaria calcula que las tres entidades se colocarán, a principios de 1983, en línea de flotación. Eso no implica que, automáticamente, queden resueltos todos los problemas. Para conseguir unos buenos resultados se exigirá un esfuerzo de gestión gigantesco, centrado en dar la vuelta a los activos no rentables pero que a medio plazo pueden serlo. La administración se plantea ahora su propio recambio, esto es, la búsqueda de personas que puedan hacerse cargo del futuro consejo del grupo, cuya identidad depende sobre todo de decisiones políticas: nacionalizar o abrir el camino hacia una entidad de tipo mixto público-privada.

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