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Los habitantes de El-Asnam viven bajo el riesgo permanente de nuevas sacudidas sísmicas

Vivir bajo el riesgo de nuevas sacudidas sísmicas parece ser la norma cotidiana de los habitantes de la localidad argelina de El-Asnam (rebautizada Chleff), azotada en octubre de 1980 por un terremoto que causó la muerte de 2.600 personas. A pesar de la catástrofe, la gran mayoría de los siniestrados desea que la ciudad sea reconstruida sin ser desplazada excesivamente del lugar que actualmente ocupa.

ENVIADO ESPECIAL, Toda la región de El-Asnam es considerada como zona de grave riesgo sísmico, a pesar de lo cual los argelinos se han propuesto reconstruirla bajo estrictas normas de seguridad. Los edificios que sean levantados tendrán que ser capaces de soportar la norma de amplitud máxima de un futuro sísmico, calculada en el grado número 9 de la escala de Richter, correspondiente al terremoto ocurrido en China en 1976, con un saldo de 700.000 muertos. El terremoto de El-Asnam en 1980 alcanzó la magnitud de 7,5 puntos, liberando una energía equivalente a la explosión de 2.000 millones de toneladas de TNT.La tarea de preparación del primer código sísmico argelino no es fácil. Encargada a expertos argelinos, norteamericanos, japoneses, soviéticos y yugoslavos, éstos tendrán que realizar sondeos en plena magma, a más de 35.000 metros de profundidad, con el objetivo de estudiar el terreno sobre el que se reconstruirá la futura aglomeración.

El comienzo de estos trabajos de sondeo se efectuará en el curso del primer semestre del próximo año, y los primeros resultados explotables deben alcanzarse un año más tarde. En cuanto a la publicación del código sísmico, ésta no podrá realizarse antes de finales de 1984, según las autoridades argelinas.

Mientras tanto, los habitantes de El-Asnam se hallan preparados para permanecer diez o quince años en los alojamientos prefabricados que han sustituido a los campos de tiendas de lona en que habían sido albergados precariamente hace ahora dos años.

En el curso de un solo año se han edificado 20.000 pndaw prefabricadas en zona urbana y se ha dado comienzo a un plan de construcción de viviendas rurales de otras 21.000 que debe estar terminado en diciembre de este año.

El único medio de prevención actualmente eficaz reside en el respeto a las normas de construcción antisísmica; según las primeras estimaciones, habían sido gravemente violadas por los arquitectos franceses que habían reconstruido El-Asnam tras el seísmo ocurrido en 1954, que provocó 1.600 muertos y más de 15.000 heridos.

La Administración francesa de aquella época ha sido responsabilizada por los expertos internacionales que han visitado la ciudad desde que ocurriera el último de los terremotos. El barrio As-Nasr, donde no quedó un solo edificio en pie, figuraba en los documentos franceses relativos a su construcción como un ejemplo de alta tecnología antisísmica.

Aunque el número de fallecidos o desaparecidos a causa del seísmo de 1980 está muy lejos de alcanzar la cifra de 20.000 que se había barajado en los primeros días, no deja, sin embargo, de ser enorme. Las 2.600 personas fallecidas, según el censo oficial, y los 400.000 siniestrados sufrieron, en la práctica, dos sacudidas sísmicas, de 7,5 y 6,4 puntos en la escala de Richter, respectivamente, con un intervalo de pocas horas. Los raros edificios que habían soportado la primera sacudida se desmoronaron como un castillo de naipes durante la segunda.

Antes de decidir reconstruir la ciudad, las autoridades argelinas han procedido a consultar detenidamente a los siniestrados, quienes, en su gran mayoría, han decidido permanecer aquí, no sólo por razones de atavismo, sino por la simple razón de que El-Asnam es una de las regiones agrícolas más ricas de Argelia. Al fatalismo generado por la acción de tener que soportar, tarde o temprano, nuevas sacudidas (en realidad, las réplicas al seísmo de 1980 siguen manifestándose hoy en día), ha sucedido la voluntad de "vivir bajo la amenaza" y prepararse a superarla. Una vasta campaña de acción sociológica viene también llevándose a cabo paralelamente a la urbanización y mejora de condiciones de vida de las actuales ciudades de alojamientos prefabricados en las que la animación sustituye paulatinamente al letargo del primer año vivido bajo las tiendas de lona.

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