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Tribuna
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Importantes bajas en los valores punteros

Los nervios y el desconcierto de los inversores se constituyeron en el factor que definió el comportamiento de las bolsas españolas durante la pasada semana, donde se produjeron bajas significativas como consecuencia de la furiosa carrera de realizaciones de beneficios iniciada desde los primeros compases de la tanda semanal.La falta de convicción en el proceso alcista anterior dio lugar a una tremenda ansiedad por vender, tan pronto como se pudo comprobar que ni tan siquiera los valores bancarios estaban dispuestos a aguantar a pie firme el temporal de ventas que se generaba, y que había sido iniciado desde las proximidades de algunas carteras institucionales. Las decisiones vendedoras iniciales claramente correspondían al interés por materializar las diferencias positivas que el mercado llevaba acumuladas desde las últimas semanas de octubre, cuando se planteó un claro freno institucional a las bajas.

Por mucho que los propios bancos intentaron retomar el testigo alcista de manos de las eléctricas, la desconfianza había cundido ya hasta tal punto que los recortes bajistas comenzaron a considerarse como una obligación casi inexcusable. Ante este hecho, no sólo aceptaron los recortes los valores bancarios, sino que valores históricos como Telefónica se veían obligados a acciptar correcciones importantes en sus precios.

En situaciones como las que se plantearon a lo largo de las pasadas semanas, la rumorología cobra un especial protagonismo. Lo importante es que todos los valores se integren a la corriente genérica y, para ello, los más desaprensivos no dudan en utilizar la candidez de los menos informados como vehículo eficacísimo de transmisión de bulos. Así cuando se empezó a tener conocimiento de que Iberduero se disponía a pagar su dividendo a cuenta del presente ejercicio en condiciones muy similares a las del año anterior, a alguien se le ocurrió propalar la especie de que esta compañía eléctrica estaba al borde de la suspensión de pagos. La credibilidad de semejante rumor estaba por debajo de los mínimos que establece la razón, pero era necesario que en el proceso bajista se integrasen todos los valores significativos, como había ocurrido en reuniones anteriores cuando eran las subidas las que mandaban en el parqué.

No obstante al cierre de las reuniones del viernes, y tras el severo varapalo del que habían sido objeto las cotizaciones, la disposición de los inversores parecía ser más favorable, e incluso comenzaron a observarse tanteos compradores que se dirigían hacia algunos de los valores eléctricos e incluso bancarios que habían sufrido con mayor intensidad los rigores de la oferta. Sin que por esto se pueda garantizar una evolución positiva para las próximas reuniones, que existen algunos planteamientos objetivos que hacen contemplar esta posibilidad.

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