El estilo claro de Corostola
La Orquesta de Cámara Española dedicó su concierto del martes en el Teatro Real a obras de Haydn y Turina, con lo que conmemoraba el 250º aniversario del nacimiento del austriaco y el centenario del sevillano. Diversas atenciones de todo tipo ha tenido Haydn, muchas de las cuales han contribuido a precisar mejor su figura de creador y su importancia, incluso en terrenos tan escasamente frecuentados como el operístico. También de Joaquín Turina hemos escuchado novedades, se han desenterrado partituras de interés y hasta se hicieron "primeras mundiales".El concierto de Víctor Martín y su formación de cámara no pretendía añadir nada nuevo. Unicamente se trataba de vivir, una vez más, pentagramas muy instalados en la intimidad de todos. El Haydn más fresco y sonriente, cuya personalidad empieza a delinearse con tanta fuerza como perfección, nos llegó en versiones tan limpias como plenas de naturalidad, de la sinfonía en do mayor El mediodía, o el Divertimento en re mayor.
Obras de Haydn y J
Turina.Orquesta de Cámara Española. Director-concertino: Víctor Martín. Solista: Francisco Corostola, pianista. Teatro Real, 16 de noviembre.
El próximo día 9 de diciembre hará un siglo justo del nacimiento de Joaquín Turina en la antigua calle sevillana de la Ballestilla. Si en casi toda la obra turiniana está presente Sevilla, en las interpretadas en esta ocasión bastará aludir a Andalucía y, con ella, a la expresión de un sentimiento romanticista y una mirada acuarelista del entorno.
La "Oración del torero"
En la Oración del torero, dedicada, en 1925, al cuartetó Aguilar de laúdes, las escenas de toros alcanzan una esencialización capaz de salvarla de todo pintoresquismo convencional; la Serenata, para cuarteto de cuerda, dedicada por el compositor a su hijo en 1935, renueva en forma más objetiva la sustancia de la oración. Quizá revive el Turina fiel seguidor en París del ótden de la Schola Cantorum, pero, lógicamente, estamos en un viaje de vuelta: los resultados son aún objetivos, radicalmente espafíoles o, más precisamente, andaluces.
En fin, al pianista sanluqueño Antonio Lucas Moreno destinó la Rapsodia sinfónica para piano y orquesta de cuerda, estrenada en 1934.
El buen pianista que había sido Turina se advierte en el tratamiento de la parte solista, montada sobre un fondo orquestal de gran afectividad. Breve de forma, precisa de, contornos, la Rapsodia es uno de esos momentos de efusión romántica tan queridos por los artistas sevillanos, llámense Turina, llámense Manuel Machado.
Francisco Corostola tocó con claro juego y exacta comprensión la parte pianística y se vio envuelto en el tejido sonoro de unas cuerdas vibradas y reverberantes. El público que llenó el Teatro Real, aplaudió todas las interpretaciones.
Babelia
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