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La visita del Papa

(...) Aunque el viaje concluyó hace una semana, la visita del Papa al Estado español sigue siendo motivo de numerosos comentarios. Ante un acontecimiento tan complejo, en el que junto al factor religioso han existido otras dimensiones, no es de extrañar que sean numerosas y hasta opuestas las reacciones que han surgido, tanto desde la propia comunidad católica como desde fuera de ella. Esta variedad de criterios de los creyentes no debe ser tomada como algo negativo. Al contrario, recoge el pluralismo real que existe dentro de la Iglesia, y esto es muy positivo. ( ...)En primer lugar, quisiéramos expresar algo que no ha quedado demasiado explicitado y que nos parece un punto importante. El viaje tenía una finalidad estrictamente religiosa y pastoral. Sin embargo, en algunos momentos ese mensaje religioso ha quedado oscurecido por un marco organizativo tan aparatoso como complejo. Así, la palabra quedaba en ocasiones mediatizada por el oropel de los recibimientos. En cuanto al fin del viaje, es verdad que existía esa declaración expresa de ser únicamente pastoral, pero unas cosas son los deseos y los criterios y otras las realidades. La dinámica de los hechos es como es, y el viaje, para ser entendido en toda su complejidad, tiene que ser, además de la clave religiosa, leído en otras, como son la política (en su sentido más noble) o la sociológica.

No nos atrevemos a definir el viaje como triunfalista, porque afirmarlo sería caer en una simplificación. El triunfalismo, según algunos autores, es el efecto de una conciencia depresiva y acomplejada, que necesita inflar artificialmente su propia fuerza. Sí, en torno al Papa han existido algunos grupos y personas que, consciente o inconscientemente, han dado un tono triunfalista a este viaje. Afortunadamente, en torno al Papa también han existido muchas personas que, sin fetichismo alguno, se han congregado en torno al liderazgo religioso de Juan Pablo Il. Son gentes que se han acercado a ver y a rezar con el Papa porque valoran lo que representa como signo de unidad de la fe y cimiento de la comunión. Lo multitudinario no puede ser confundido con lo triunfalista. A pesar de las distintas lecturas, unas laudatorias y otras críticas, que se han hecho de su mensaje, hay que reconocer que católicos de opiniones y sectores diferentes se han sentido, en distintos grados, confortados en su fe y su esperanza. ( ... )

16 de noviembre

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