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Entrevista:

"Los socialistas tratarán de llevar la bipolarización a las elecciones municipales"

Jordi Solé Tura, diputado comunista en las dos anteriores legislaturas y uno de los padres de la Constitución española y del Estatuto de Cataluña, estará ahora ausente del Congreso. Desde su despacho de la cátedra de Derecho Político de la Universidad de Barcelona, se lamenta no tanto de este alejamiento del Parlamento como de la injusticia con que la transición ha tratado al PCE y al PSUC. Defensor de la vía eurocomunista, Solé Tura cree que todavía hay posibilidades de recuperación para su partido, aunque expresa su temor a que el PSOE reforme las normas de las elecciones municipales para llevar la bipolarización también a los ayuntamientos.

Pregunta. ¿Hasta qué punto el llamado voto útil explica el desastre electoral comunista?Respuesta. El voto útil es, efectivamente, el factor principal que explica este fenómeno. La gente ha ido a votar cambio, en el sentido de votar contra la forma en que se había hecho hasta ahora la transición. El voto de AP es también un voto de cambio, pero en sentido contrario al socialista. Este cambio quedaba concretado en una opción de Gobierno que, casi, era una opción presidencial y, en este sentido, es evidente que nosotros no aparecíamos como una alternativa de cambio. Este es el auténtico problema.

Otra cuestión es nuestra crisis interna. Pero tampoco creo que sea la determinante. La crisis, en todo caso, sí que nos ha afectado en una cuestión: ha roto la imagen de coherencia y de homogeneidad que dábamos los comunistas.

P. El hecho de que existan dos opciones reformistas en el campo de la izquierda, la socialista y la eurocomunista, ¿no juega en contra de esta última?

R. Esa es una cuestión que está aún por ver. No es este el problema. El espacio político comunista es difícil en España, porque nuestra tradición comunista es anormal, en el sentido de que, en realidad, es una tradición de la guerra civil, además perdida, seguida de una larga lucha contra el franquismo en la que tampoco se ganó, al no haber existido ruptura.

En gran parte, esta tradición no ha podido capitalizarse, ya que por la forma en que se ha planteado la transición los comunistas han tenido que estar más bien a la defensiva, sin poner sobre la mesa los méritos enormes y el capital político que dio. En Cataluña, concretamente, el PSUC había salido mejor parado de este fenómeno. Ahora, sin embargo, todo esto se ha roto y se ha quebrado la política nacional catalana. Todo lo que había representado la Asamblea de Cataluña se ha ido al agua y la sociedad catalana se ha dividido profundamente desde un punto de vista electoral, en función del lugar de origen y de la lengua hablada.

P. ¿Se puede hablar de estancamiento de la política eurocomunista en Europa?

R. En los países donde se ha dado una opción comunista clara no ha habido grandes retrocesos. Por ejemplo, en Italia -el PCI es para mí el modelo del eurocomunismo- existen dificultades, pero sobre, todo de tipo internacional. El problema es que la política de bloques ha impedido que los comunistas italianos llegasen a ejercer responsabilidades de gobierno. Lo que se ha dado es un fenómeno mucho más complejo que no sólo afecta a los comunistas y es que, ante una crisis profunda, tanto económica como de valores, las opciones políticas de hace unos años se redefinen, tanto por la derecha como por la izquierda, y aparece una tendencia a un voto poco vertebrado y muy populista.

Yo estoy convencido de que, una vez pasada esta fase actual, se entrará en otra fase de redefinión del espacio de la izquierda, en el que reaparecerá el pluralismo que existe en su seno. El eurocomunismo no ocupa el mismo espacio que el socialismo, ya que parte de la base de un partido comunista que mantiene un espacio que históricamente le viene dado e intenta ampliarlo.

P. ¿Cómo enjuicia las propuestas para que el PSUC encabece un movimiento de unificación con sectores nacionalistas, como hiciera Roberto Lertxundi en Euskadi?

R. No creo que sea viable la intencionalidad de fondo de estas propuestas de confluir hacia una especie de Catalaniko Esquerra. Esto representaría la desaparición del PSUC y nuestro partido sólo tiene una posibilidad de ser: la que hemos intentado mantener hasta ahora, en el sentido de hacer un partido nacional catalán como partido de la clase obrera.

P. El papel de disponible de Solé Tura ha hecho que este nombre se barajara como un posible candidato comunista a la Alcaldía de Barcelona.

R. El estadio actual de la cuestión es que algún medio de comunicación ha hablado de ello por cuenta propia, porque, que yo sepa, no hay ninguna propuesta en este sentido. Supongo que alguien puede haber pensado a título personal que yo podría ser candidato a las elecciones municipales. Yo no digo ni sí ni no, ya que es una cuestión que no me he planteado, pero, personalmente, lo veo muy "cuesta arriba".

P. Sin embargo, las elecciones municipales serán la primera prueba para evaluar el alcance real de la pérdida de espacio comunista.

R. Tenemos tres pruebas importantes. La primera es la de las elecciones sindicales que ya están en marcha y en las que nosotros damos soporte activo a CC OO, un sindicato absolutamente independiente del PCE y del PSUC. Después vendrá la batalla de las elecciones municipales, que será decisiva. Es aquí donde podemos recuperar el espacio que ahora nos ha quitado la ola general, ya que el PSUC tiene una práctica municipal bastante buena y un nivel de cuadros políticos muy superior al de otros partidos. Después vendrá la tercera fase, las elecciones autonómicas.

Sin embargo, sobre las elecciones municipales quisiera advertir que si prospera la propuesta socialista de modificar la ley electoral, introduciendo mayorías artificiosas en los ayuntamientos, la bipolarización también llegará aquí.

P. ¿Cuál será, pues, la estrategia comunista ante el futuro Gobierno del PSOE?

R. Ante el próximo gobierno haremos una política de apoyo de todas aquellas medidas que coincidan con nuestro programa, pero no será un apoyo incondicional, ya que intentaremos también impulsar nuestras propias acciones programáticas y hacer frente a la ofensiva de la derecha por cuenta propia. Esto no lo haremos a través del PSOE, sino directamente, a través de nuestra propia política.

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