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Geoffrey Prime, el 'topo' soviético en el corazón de las comunicaciones secretas británicas, condenado a 38 años de cárcel

Andrés Ortega

El contenido de estas informaciones, "del más alto secreto", no será quizá nunca desvelado, pues fue debatido a puerta cerrada en el juicio que ayer se celebró en el Old Bailey, de Londres. La primera ministra hará hoy en el Parlamento una declaración sobre el caso Prime, un topo mayúsculo, cuyas consecuencias pueden sobrepasar a las del círculo de Cambridge de los años cincuenta. Anthony Blunt, uno de sus miembros, perdería su título de nobleza, pero ni él ni ninguno de sus compañeros pisaron jamás una prisión. Prime se declaró culpable de todos los cargos imputados al abrirse el juicio, lo cual facilitó su desenlace.

Una discreta carrera

Prime entró en 1954, a los dieciocho años de edad, en las fuerzas aéreas británicas (RAF), donde aprendió ruso. A partir de 1959 y destinado en el extranjero -el último destino fue Berlín-, fue ascendiendo en el esotérico mundo de la inteligencia militar. En julio de 1968, el sargento Prime decidió solicitar un puesto como funcionario civil, y Io consiguió sin grandes dificultades. Seis meses antes, en enero se había ofrecido voluntario a los soviéticos.En septiembre de 1968 entra a trabajar en los cuarteles generales de comunicaciones dependientes del Foreign Office -esto es, en Cheltenham-, a 160 kilómetros al oeste de Londres, donde se escuchan y se descifran los mensajes y señales del Pacto de Varsovia, a través de una red de escucha esparcida por el mundo entero. Prime tuvo acceso a la información de la mayor gravedad, y en 1976 fue nombrado jefe de sección.

"No pudiendo resistir las presiones de una doble vida", dimitió en septiembre de 1977. Los contactos de Prime con los soviéticos se establecieron por medio de la radio y de un controlador alemán en Londres, y los viajes a Postdam, Berlín y Viena. Entre marzo de 1976, a su regreso a Viena, y su dimisión, Prime, según aseguró el fiscal general, sir Michael Harvers, pasó a los soviéticos quinientas fotografías de documentos ultrasecretos.

El último contacto tuvo lugar en Postdam, en 1981, donde recibió 4.000 libras. La importancia de Prime queda patente en las alegaciones del fiscal, que reveló la oferta soviética a Prime en 1976 de desertar a Moscú con el rango de coronel y una pensión. Tras su dimisión, Prime pensó en hacerlo a través de Helsinki, pero no se decidió, a pesar de haber reservado en dos ocasiones los billetes de avión.

Denunciado por su mujer

A partir de 1977, Prime trabajó como taxista y como comerciante en vinos. Minucioso, discreto y callado, vivía con Rhona, su segunda mujer, de 37 años de edad, divorciada, con tres hijas. Prime habla bajo. Su pasado es turbio, con problemas sexuales, pocos amigos y un primer matrimonio que duró tres años, fracasando estrepitosamente.En abril de este año, Prime era arrestado por la policía bajo sospecha de asaltos sexuales indecentes contra tres jóvenes. De hecho, la policía encontró un archivo con 2.287 fichas con teléfonos de jóvenes muchachas, compilado a través de los anuncios de los periódicos locales. ¿Quién iba a sospechar que era un espía de magnitud? Nadie, si no fuera porque tras su arresto se lo confesó a su esposa. Esta acudió a la policía con su información, pues así "prestaba un servicio a su país". Llegó la confesión formal y el descubrimiento en su casa de los utensilios indispensables para un espía moderno, desde códigos y radio hasta cámaras miniatura. Prime fue condenado a 35 años de prisión por espionaje y a otros tres por los delitos sexuales.

Esta es la sentencia más alta en el Reino Unido para un caso de espionaje desde los 32 años que recibiera George Baker en 1961. Cheltenham colabora estrechamente -por un acuerdo secreto de 1947- con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), de Estados Unidos. El caso Prime ha provocado graves tensiones entre Washington y Londres.

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