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Manifestaciones y enfrentamientos aislados en la jornada de huelga general convocada por el sindicato Solidaridad

Las principales ciudades polacas fueron escenario ayer de manifestaciones, paros esporádicos y enfrentamientos aislados entre trabajadores y policías en respuesta a la huelga convocada por Solidaridad en conmemoración del segundo aniversario de su legalización. La convocatoria no ha alcanzado, sin embargo, el eco de ocasiones anteriores. Según la televisión polaca se han registrado 800 detenciones y diez heridos, uno de ellos en estado grave.

El portavoz del Gobierno polaco, Jerzy Urban, declaró en una conferencia de Prensa celebrada a última hora de la noche que el balance de la jornada era favorable a las autoridades y aseguró que "el fracaso del intento de organizar una huelga general significa que la causa de Polonia ha conseguido un éxito importante". Urban añadió que "se puede tener la esperanza de que, conforme a lo que ha anunciado el general Wojciech Jaruzelski, sea posible levantar el estado de sitio antes de fin de año, si las condiciones sociales y económicas son favorables".En Varsovia, donde la policía practicó 270 detenciones, entre ellas la de "un espía" norteamericano, según la información de la televisión polaca, amanedió, prácticamente ocupada por fuerzas de la milicia y de zomos (unidades especiales antidisturbios) que impedían el tránsito de personas por las zonas en las que habían sido convocadas las manifestaciones. Desde media tarde se produjeron, sin embargo, sucesivos intentos de manifestaciones al grito de "Solidaridad" y "Libertad para Walesa".

La policía lanzó gases lacrimógenos contra miles de personas que intentaron organizar una marcha desde el Palacio de Justicia, donde hace dos años fue registrado Solidaridad, hasta la tumba del soldado desconocido. Ese mismo recorrido lo hicieron hace dos años los militantes del sindicato, hoy oficialmente desaparecido, con Lech Walesa a la cabeza. Otro grupo de unos 1.500 estudiantes celebró una asamblea de unos veinte minutos en la universidad, en la que corearon consignas pro Solidaridad.

Los enfrentamientos alcanzaron una mayor dureza en Wroclaw, donde llegaron a concentrarse poco después del mediodía 15.000 personas, que desfilaron desde la plaza Roja hasta la estación central al grito de "Libertad para Frasyniuk", dirigente de Solidaridad en esa región. La manifestación fue violentamente disuelta por la policía, que detuvo a 250 personas, pero a última hora de la tarde de ayer entre 2.000 y 3.000 manifestantes seguían desafiando el cerco policial en la antigua sede regional de Solidaridad. En Wroclaw resultó muerto un sindicalista en los graves enfrentamientos con la policía ocurridos el pasado 31 de agosto.

En Nowa Huta, el barrio obrero de Cracovia, las fuerzas del orden disolvieron una manifestación organizada en la plaza Lenin una vez que los trabajadores concluyeron su jornada laboral. Los enfrentamientos proseguían a última hora de la tarde en la misma plaza Lenin, envuelta en una espesa nube de gases lacrimógenos, y en las proximidades de la iglesia Maksymilian Kolbe, donde anoche se celebró una misa. Poco antes de las cinco de la tarde tuvo lugar uná primera concentración junto al principal centro siderúrgico de Nowa Huta, pero los trabajadores se disolvieron sin incidentes ante las advertencias de la policía.

Por la mañana, en Cracovia, unos 4.000 estudiantes participaron en una manifestación silenciosa ante los locales de la universidad. En Czestochowa, la convocatoria de paro encontró respuesta parcial en la acerería Huta Bieruta, según empleados de la empresa.

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Sin noticias de Gdansk

En la noche de ayer no había todavía información disponible sobre el alcance de la huelga en Gdansk, tradicional centro de protesta y cuna del sindicáto Solidaridad. El pasado martes, la policía cercó los astilleros Lenin e impedía el paso a todo el que se dirigía al monumento a las víctimas de la matanza de 1970. Ese impresionante dispositivo policial se mantenía ayer, haciendo prácticamente imposible la respuesta a los diversos llamamientos a manifestarse.

A la hora de iniciarse ayer el trabajo, la asistencia de trabajadores era normal en todas las empresas, aunque en muchas de ellas fueron distribuidas octavillas de Solidaridad llamando a la huelga general.

En una de las calles de la zona industrial de Varsovia fue colocada a primeras horas de la mañana una pancarta, de unos dos metros de largo, en la que figuraba escrita la inscripción "Huelga general, nuestra última solución". También fueron replartidos a la entrada de las empresas pasquines oficiales dirigidos "a los padres y a las madres", en las que se les advertía sobre el riesgo que puede tener para sus hijos participar en manifestaciones callejeras.

A la salida del primer turno de trabajo de la factoría de tractores Ursus, una de las más importantes de Varsovia, los obreros dijeron que el trabajo se había cumplido normalmente. Algunos añadieron que "todo el mundo estaba atemorizado" dentro de la fábrica.

'En la siderurgia Huta Warszawa, también en la capital, el turno de la mañana trabajó totalmente, pero el de la noche se sumó a la huelga, según testimonios de los obreros. Por los altavoces de esa siderurgia se pedía a los trabajadores que reflexionaran sobre las pérdidas que provoca el sabotaje.

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