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Euforia o locura

Con una euforia que, según algunos especialistas, casi rayaba en la locura se iniciaron las operaciones de la semana en la Bolsa madrileña, cuyo índice ganaba casi dos puntos como consecuencia de las subidas generalizadas que afectaban a todos los sectores que la integran.Las eléctricas fueron, un día más, las estrellas del mercado, con avances importantes en sus precios y una demanda sostenida, que sólo se oscurecía una vez terminados los plazos establecidos para operar, cuando algunas instituciones comenzaban a facilitar prácticamente todo el papel que demandaban los inversores.

Sin embargo, la novedad de estas reuniones la constituyó el hecho de que, al fin, algunos bancos decidieron sumarse a la carrera alcista. Subidas como las d e Popular y Banesto, con once y ocho puntos de mejora, respectivamente, hacía mucho tiempo que no se recordaban en los mercados de acciones. Aunque también hay que destacar que si se exceptúa el caso del Popular, los restos compradores que presentaban las demás entidades eran bastante escasos, e incluso Banesto, Hispano y Santander ofrecían pequeñas diferencias negativas, en contra de las cuales subían, circunstancia que obliga a pensar en la existencia de actuaciones al margen del mecanismo establecido de contratación.

Los otros tres mercados, en su segunda sesión de la semana, también acumularon diferencias positivas, superando incluso el índice valenciano el notable avance del indicador de la Bolsa de Madrid. En todos los casos fueron las eléctricas quienes se encargaron de caldear el ambiente, llegando incluso algunos de los más significados valores del sector a superar la cota del 60% en sus precios, circunstancia que hace sólo unas pocas semanas hubiera resultado prácticamente impensable.

La realidad es que, aunque se ha visto un nivel de operaciones aceptable, las grandes instituciones continúan mostrando un exquisito cuidado a la hora de ofrecer sus partidas vendedoras. Existe una clara voluntad de no ensombrecer el alegre desenfado que están mostrando los compradores. Todo lo demás, y siempre después de hora, se surte de títulos a los hambrientos, que, como ayer, se quedaban fuera de las listas de demandantes que hubo que confeccionar en algunos valores eléctricos, como consecuencia de la inicial desproporción entre los que querían comprar y los que estaban dispuestos a vender.

La gran incógnita para las reuniones de hoy la constituye determinar si el mercado aceptará una corrección a la baja tras las rapidísimas plusvalías acumuladas o si, por el contrario, la presión de la caldera de las eléctricas aún tiene fuerza para mantener el avance.

Los especialistas no se muestran unánimes a la hora de establecer criterios para lo que pueden ser las reuniones de hoy. Sin embargo, parece flotar en el ambiente una cierta confianza en que se mantendrán las mejoras, especialmente después de que los bancos parecen haber perdido algo de su curiosa timidez de días atrás y han aceptado seguir el juego genérico de las eléctricas, constructoras y sociedades de inversión, y sumar avances a sus precios del día anterior.

Por lo demás, la contratación continuará manteniéndose dentro de los cauces de la normalidad, y las instituciones, a no ser que cambien repentinamente de opinión, seguirán manteniendo sus prevenciones a la hora de ofrecer títulos.

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