El Gobierno del PSOE recabará para el Ministerio de Defensa competencias atribuidas a los Estados Mayores
El alto porcentaje de participación electoral el 28 de octubre, sólo unas décimas por debajo del 80%, que disipa cualquier sombra de ilegitimidad sobre los resultados; el número de las papeletas y de los escaños obtenidos por los ganadores, que aseguran una mayoría insoslayable y prefiguran los perfiles de un Gobierno fuerte con respaldo popular y autoridad parlamentaria indiscutibles, y la amplitud de la representación socialista en Cataluña y en el País Vasco, que prueban la implantación en las nacionalidades de un partido socialista con apellido español, son los tres datos de los recientes comicios que mayor y más favorable impacto han producido sobre el colectivo militar. De los socialistas se asegura que entre las medidas inmediatas proyectan recuperar para el Ministerio de Defensa importantes atribuciones, hoy dispersas en las jefaturas de Estado Mayor de los Ejércitos.
En el ámbito castrense se vive estos días un clima de expectativa en víspera del despegue de la nueva Administración, que en este campo, según se cree, estará bajo la dirección de Narcís Serra, actual alcalde de Barcelona.En cuanto a las preferencias electorales de los cuadros de mando de los Ejércitos, se atribuye algún valor indicativo al cómputo de votos en las ciudades de Ceuta y Melilla, donde la proyección militar tiene conocida importancia. En Ceuta, el PSOE obtuvo 10.304 votos, lo que supone el 40,10% de los emitidos, frente a 8.744 de AP-PDP, que representan el 34%. UCD consiguió 1.931 votos (el 7,50%), y el CDS, 2.039 (el 7,9%). Para el Senado, los dos escaños correspondieron a los candidatos socialistas. En Melilla, el PSOE registró 11.375 votos (el 51,30%); AP, 5.029 papeletas (el 22,60%); UCD, 3.227 (el 14,5%), y el CDS, 1.807 (el 8,10%).
Otra muestra significativa es el resultado de las mesas de doce secciones, con 12.355 votantes, correspondientes a viviendas de militares, del que dio cuenta Fernando Reinlein en Diario 16 el 29 de octubre. Los resultados aportados eran los siguientes: votantes, 10.616 (85,90% de participación): PSOE, 2.846 votos (26,80%); AP, 6.068 (57,10%); UCD, 424 (4,50%); CDS, 418 (3,94%); FN, 223 (2,10%); PCE, 196 (1,80%); SE, 139 (1,30%), y otros, 115 (1%).
Narcís Serra, firme candidato
La candidatura más firme a la cartera de Defensa sigue siendo la del actual alcalde de Barcelona, Narcís Serra, quien desde ese puesto ciudadano ha tenido oportunidad de mantener relaciones institucionales con relevantes mandos de los Ejércitos. Su perfil de gestor eficaz, su formación universitaria de economista y sus antecedentes familiares se invocan como otros tantos factores propiciadores del nombramiento si se logra vencer la determinación del interesado, inclinado a permanecer en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal. Los nombres de los socialistas más conocidos por su relación con las Fuerzas Armadas, como Enrique Múgica y Luis Solana, están descartados, y las únicas alternativas débilmente mencionadas son las de Miguel Boyer y Félix Pons. Ayer se puso también en circulación el nombre del ex ministro Francisco Fernández Ordóñez, pero todo apunta a su desplazamiento hacia otras aguas.Hay un propósito declarado de modificar la estructura y funciones atribuidas al Ministerio de Defensa en las disposiciones que actualmente lo configuran. Se trata de llenarlo de las competencias de que fue vaciado en favor de las jefaturas de Estado Mayor del Ejército, de la Armada y del Aire. Algunos proyectos anunciados se activarán en el campo de la enseñanza militar, las escalas de complemento y la defensa civil. Este último podría brindar un drenaje para los excedentes de oficialidad originados por la reducción de efectivos, que se contempla como objetivo a medio plazo. Algunas de sus derivadas afectarán a la organización territorial militar, al despliegue de las unidades y a su dotación y entrenamiento.
El programa FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque), la integración en el Comité Militar de la OTAN y los acuerdos defensivos con Washington constituyen tres emplazamientos internacionales acuciantes para los socialistas. Los observadores calculan que el PSOE abrirá una renegociación en busca de contrapartidas que favorezcan los intereses nacionales, sin cuya obtención no se dará por satisfecho.
OTAN, sin nada a cambio
Algunos logros no parecen inalcanzables si se tiene en cuenta, por ejemplo, el asombro que en las cancillerías de determinados países de la OTAN produjo en su día la decisión de Calvo Sotelo de adherirse a la Alianza Atlántica sin exigir a cambio absolutamente nada. Según un alto mando militar de las fuerzas aéreas de Estados Unidos, que participó en la negociación del nuevo acuerdo hispano-norteamericano, la delegación de Washington estaba preparada y esperaba que los españoles pidieran el traslado de la base de Torrejón, dada su proximidad a Madrid.Entre los expertos socialistas no se oculta cierto disgusto por las normas de última hora dictadas por el actual titular de la cartera referentes a la fuerza terrestre y al apoyo a la fuerza, así como al Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), cuyo contenido merece un comentario más detenido. Tampoco entienden interlocutores socialistas cualificados por qué se accede precisamente en estas fechas a conceder el pase a la reserva al general de división Luis Pinilla Soliveres, que la había solicitado en julio pasado.
A plazo corto, el nuevo Gobierno dará la primera medida de la consistencia de sus propósitos con los nombramientos de más confianza que realice. En ese círculo decisivo se incluyen los altos cargos del propio Ministerio de Defensa, la dirección del CESID, la del Centro de Relaciones Informativas y Sociales de la Defensa (CRISDE) y los miembros de la cúpula del mando militar. A estos efectos, se ha recordado que la designación para la presidencia de la Junta de Jefes de Estado Mayor, ahora ocupada por el teniente general Alvaro Lacalle Leloup, es de la inmediata responsabilidad del Consejo de Ministros, a propuesta del presidente del Gobiemo. Los Consejos Superiores del Ejército, la Armada y el Aire nada tienen que decir al respecto, pero el reto está en acertar con el nombramiento altemativo, para el que deberán, en su caso, ser tenidas muy en cuenta las lecciones aprendidas cuando la designación del general Gabeiras en 1979.
Flecos golpistas
El nuevo Gobierno tendrá que enfrentarse a los flecos golpistas, desactivarlos enérgicamente desde una acertada política de personal y regenerar la disciplina interior de las Fuerzas Armadas, en proceso de grave quebranto. El texto de la intervención del Rey, el 27 de octubre, ante los líderes políticos declara al terrorismo y al golpismo como las dos amenazas más importantes. La eficacia que logren los socialistas frente al terrorismo surtirá clarísimos efectos en las filas militares. Respecto al golpismo, "riesgo inadmisible de alarma constante", en palabras de don Juan Carlos, "es preciso desactivarlo también decididamente, con prudencia y serenidad, sin consentir su permanencia y sin incitarlo a nuevas acciones, absteniéndonos de considerar con un criterio de generalización injusto y arriesgado lo que sólo es imputable a una parte limitada y poco numerosa, que necesariamente ha de llegar a convencerse de que no puede llegar a imponerse por la violencia a los deseos mayoritarios de sus compatriotas".Como han escrito los estudiosos en la materia, "ningún régimen puede permitirse el lujo de mantener a oficiales superiores que le son fundamentalmente hostiles y que atacan a un superior jerárquico"; pero, al mismo tiempo, los socialistas deben saber que "nada hay más nocivo que compeler a los oficiales a la militancia política o hacer de ésta un atajo de la carrera de las armas". El nuevo Gobierno deberá evitar la introducción de estímulos que aviven rabias ideológicas, que tan trágico nivel alcanzaron en otras épocas, y conocer cuidadosamente las exigencias y susceptibilidades en materia de respeto y prestigio sociales que caracterizan a los militares españoles. Ya advertía Alexis de Tocqueville, acerca del soldado profesional, que "su verdadera patria es el ejército, puesto que no es nada sino en virtud del rango que en él ocupa", sigue, "pues la suerte del ejército se engrandece o decae con ella, y es hacia ella sola hacia donde proyecta, de ahora en adelante, sus esperanzas".
Reforma sin precipitaciones
Otro compromiso delicado aguarda a los socialistas: el que firmaron en una proposición de ley de 1980 junto a todos los grupos parlamentarios, excepto Coalición Democrática, en favor de la extensión de la amnistía y consiguiente reintegración al servicio de los oficiales condenados en 1976 por pertenecer a la autodisuelta Unión Militar Democrática (UMD). Les aguarda también a los nuevos responsables gubernamentales la sentencia definitiva del Tribunal Supremo sobre los recursos que fiscal y defensores presentaron contra la sentencia del 23-F y la tramitación del proceso por la intentona golpista del 27 de octubre pasado.De otro lado, fuentes socialistas solventes que invoca la agencia Efe aseguran que el PSOE proseguirá la reforma militar sin precipitaciones pero con urgencia. Respecto a la Ley Orgánica por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa nacional y la organización militar, se recuerda la resolución presentada en la comisión de Defensa urgiendo al Gobierno para que remítiera los siguientes proyectos de Ley que desarrollan esa disposición fundamental: Ley de la Defensa Nacional, Ley de Organización Mílitar, Ley de Defensa Civil, Ley de Retribuciones, Ley de Industrias de interés para la Defensa, Ley de enseñanza militar, Ley de servicio militar, Ley de movilización nacional, Ley de participación de la mujer en la Defensa, código de Justicia Militar, Ley de régimen disciplinario de las Fuerzas Armadas y Ley de reestructuración de plantillas.
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