Wilhelm Reich: "Conseguir que el animal humano acepte su propia naturaleza"
El 3 de noviembre de 1957 moría en prisión en Estados Unidos Wilhelm Reich, psicoanalista, creador de la teoría del orgón, marxista convencido, que también fue reformista político y pionero de la psiquiatría social. Su compleja personalidad ha sido objeto de toda suerte de calificativos, desde el de loco paranoico al de degenerado sexual. A los veinticinco años de su muerte, su figura sigue siendo controvertida pero no ha caído en el olvido.
El doctor Reich es conocido en nuestro país tan sólo en algunos círculos intelectuales y clínicos, y bajo la visión parcial de su labor como reformista político o como sicoanalista. Las personas que hemos profundizado en su trabajo, no sólo por medio de la investigación intelectual (cosa ya difícil si vemos que más de la mitad de su obra está en microfilmes en inglés y alemán), sino también habiendo realizado nuestro análisis didáctico, sabemos que Reich podrá ser diana de críticas, por lo conflictivo de alguna de sus tesis, y lo novedoso de otras, pero también sabemos que las difamaciones de degenerado sexual o de loco paranoico recuerdan a un proceso de la inquisición, y fueron fruto de las envidias y de la oposición a Reich de unos y de la falta de conocimientos objetivos de otros.En su evolución biográfica, podemos observar una constante tendencia a la creatividad, tanto en su trabajo clínico como en su labor de investigador. Desde 1922, fecha en que termina sus estudios de medicina y se especializa en neurosiquiatría con maestros como Paul Schilder y Wagner Jauregg, comenzará a ejercer como psicoanalista clínico, a nivel privado, y en la policlínica psicoanalítica de Viena, donde en 1928 llega a ocupar el cargo de director (Reich ingresa en la Asociación Psicoanalítica Internacional en 1919). Nombrado también en este mismo período (1924-1930) director del Seminario de Técnica Psicoanalítica, pasa a formar parte del Instituto Psicoanalítico de la ciudad donde ejerce una gran influencia como docente en la didáctica de los futuros analistas. Publica diversos artículos sobre sexualidad, genitalidad, la teoría de los impulsos, y libros como La función del orgasmo y Psicoanálisis y materialismo dialéctico. Conocedor de la obra de Marx, con una fuerte inquietud social y afiliado al partido comunista austriaco, funda con otros colegas varios centros de higiene sexual.
De 1930 a 1933 residió en Berlín y participó en la formación de un grupo de psicoanalistas marxistas, entre los qué se encontraban S. Berrifeld, E. Fromm y O. Fenichel, desarrollando durante estos años su concepto de coraza carácter muscular. Afiliado al partido comunista alemán funda la organización Sex-Pol (Sexología-Política), que aglutinó a más de 40.000 personas. Con la subida de Hitler al poder, los nazis confiscan toda su obra y Reich tiene que huir de Berlín.
En 1933 residirá en Dinamarca y Suecia, y en ambos países no se le ampliará el permiso de residencia por considerarlo "molesto con sus artículos". Fue entonces cuando, por invitación del profesor Schjeldurup, director del Instituto de Fisiología de la Universidad de Oslo, marcha a Noruega, donde permaneció hasta 1939, para dar cursos de análisis caracterial.
También realizó una amplia labor de investigación de los movimientos protoplasmáticos de los protozoos, que le llevaron al descubrimiento de los biones, vesículas de energía que participan en el paso de la no-vida a la vida.
Etapa americana
En 1939 es invitado por el doctor Teodore Wolfe (especialista en Medicina Psicosomática) a dar clases en la New School for Social Research de New York como profesor adjunto de Psicología Médica, y ante la falta de perspectivas de que el Gobierno noruego le diese el permiso de residencia definitivo, marcha a Estados Unidos, donde residirá hasta su muerte, en 1957.
Todo el período que Reich reside en América, primero en Forest Hills, y después en Maine (cerca de Canadá), continuará su trabajo clínico y biológico, siendo el hecho más importante el descubrimiento, de la energía orgánica, o energía vital, en 1939. En 1954, por tercera vez en este período, Reich es detenido, en esta ocasión por un organismo de control de fármacos, y acusado de vender los acumuladores de orgon sin licencia. Tiene que pagar una fuerte multa y destruyen todos los aparatos, e incineraron todos sus libros y escritos públicamente.
En plena caza de brujas, como podemos ver en la película The front, cualquier justificante era válido para quitarse de en medio a los rojos, y Reich fue uno de sus chivos expiatorios. Después de diversos procesos Reich es condenado, junto al doctor Michael Silvert (obstetra y colaborador de Reich) a dos años de cárcel y a pagar otra fuerte multa que impide la continuación de las investigaciones orgonómicas durante varios años. El encerrar a Reich, con su gran vitalidad y su necesidad de acción, -como él preconizó- era su muerte. Y así fue. Reich muere en la prisión de Feniswurg el 3 de noviembre de 1957 y su última obra que sobre orgonomía estaba escribiendo desaparece entre las rejas.
Si realmente hubiera estado loco y lo que decía no tenía sentido, ¿por qué tanto complot a su alrededor? Es paradójico observar cómo el motivo de su muerte viene legalizado y siendo fruto de beneficio capitalista en la actualidad.
En toda la amplitud de su obra e observa siempre un mensaje central, que se va ampliando y relacionando creando un núcleo homogéneo, del que parten muchos caminos. Podríamos resumirlo así:
El organismo desarrolla su vitalidad en base a la existencia de una buena pulsación biológica (contracción-expansión) y en un buen equilibrio del sistema nervioso vegetativo (SNV), que regula todos los movimientos involuntarios del cuerpo (corazón, respiración, función sexual...). Este equilibrio, por el cual la energía fluye libremente por el organismo se mantiene si existe la capacidad orgástica, es decir, la capacidad de abandono y de descarga sexual total en el momento del abrazo genital. Este acto de morir placenteramente en el otro posibilita el renacer y el paso a la nueva actividad natural. La función del orgasmo (tensión-carga-descarga-relajación) cumple así, pues, un papel máximo en la obra de Reich. Por medio de esta mantenemos una autorrelajación energética que permite estar en contacto con nosotros mismos y con la realidad y teniendo la capacidad biológica (no la social) para la libertad y para la gestión de nuestra vida. Para poder alcanzar esta capacidad orgástica debe de haber un buen desarrollo de la sexualidad pregenital e infantil. La labor profiláctica de la orgonomía actúa en este sentido.
Pero desde la formación de las sociedades patriarcales, el desarrollo del animal humano no ha sido éste. Las relaciones se han basado en la represión sexual, en el castigo como medio de integración sexual, perdiéndose el contacto con la propia naturaleza animal y destruyendo así la capacidad natural de autorregularse. Toda una cadena de estructuras sociales, mediatizadas por la familia, el médico, el educador y los medios de comunicación de masas actúan para que la interiorización de los mecanismos sociales neuróticos se desarrollen en cada recién nacido.
Este desarrollo de la infancia del niño crea una carencia afectiva y una insatisfacción sexual que está en la base de toda persona que vive en este sistema social, limitando claramente nuestras posibilidades biológicas, nuestra capacidad de placer, y, por tanto, rompiendo el equilibrio vegetativo.
Esta falta de autorregulación y el acorazamiento caracteromuscular son los máximos protagonistas causantes de la enfermedad y el sufrimiento (el cual no es innato a la naturaleza humana, sino consecuencia del atrofiamiento de las funciones naturales).
Así, las biopatías (nombre dado por Reich a las enfermedades funcionales) son el fruto de este desequilibrio del vegetativo, de esa falta de pulsación vital, que viene manteniendo por la inspiración rónica (no sabemos respirar) que ocasiona una falta de oxigenación celular, una degeneración en los tejidos y, cómo consecuencia, en algunos casos, trastornos que pueden ir desde un asma, un prurito o una depresión hasta una arterioesclerosis o el cáncer, dependiendo de la estructura e historia particular de cada sujeto.
Como vemos, la psicología, la sociología y la biología se funden en una sola ciencia sustentada por una visión funcionalista, unitaria y materialista de las cosas.
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