La Cruz Roja atendió a 5.000 enfermos durante la misa de la Castellana

Más de un millón de personas acudió ayer a la misa de la familia cristiana que celebró el Papa en el paseo de la Castellana. La cifra evaluada gracias a las mediciones realizadas previamente por el Ayuntamiento, indican que entre la plaza de Castilla y la calle Raimundo Fernández Villaverde se concentraron más de 700.000 personas a las que se sumaron las que llenaban la calle Concha Espina, las situadas en las calles laterales y las que llenaron balcones y terrazas. Para controlar el orden y la seguridad del acto participaron en total unas 13.000 personas, de los que 7.000 eran policías nacionales pertenecientes a diferentes circunscripciones regionales.El orden durante el acto sólo se vio alterado por el traslado a las 45 ambulancias y a los tres hospitales de campaña instalados en la zona de casi 5.000 personas que sufrieron problemas de corazón, lipotimias e incluso ataques de apendicitis. Durante la mañana, en la plaza de Oriente, una mujer tuvo que ser ingresada en una Unidad móvil de Cuidados Intensivos ya que se encontraba de parto.

La plaza de Lima, donde estaba instalado el gran altar, comenzó a llenarse a partir de las diez de la mañana. Hacia las tres de la tarde desde Atocha y Cibeles miles de personas se dirigían a pie hacia el lugar donde dos horas después iba a celebrarse el acto. Esta forma de acceso evitó que los colapsos circulatorios durante la tarde fueran importantes aunque vías como la M-30, Serrano y Orense registraron un fuerte tráfico.

El momento del día en que se registró el mayor número de retenciones se produjo hacia las doce de la mañana ya que a esa hora la congestión provocada por el corte de la Castellana a la altura de Nuevos Ministerios se vio incrementada por los cortes motivados por el recorrido del Papa desde el Palacio Real hasta la Organización Mundial de Turismo, situada en la calle Capitán Haya. Los responsables municipales, ante este hecho, solicitaron a través de las cadenas de radio que los automovilistas se abstuvieran de recorrer la zona norte. Hacia las dos de la tarde la normalidad era prácticamente completa.

El resto de los actos celebrados durante el día no provocaron excesivos problemas de tráfico. Con respecto a los problemas de seguridad, el fuerte dispositivo establecido funcionó tal como estaba previsto. En la misa de la Castellana participaron 1.700 policías municipales, 7.000 policías nacionales, 250 voluntarios de Protección Civil, doscientos médicos y estudiantes de quinto curso de medicina, un millar de miembros de la Cruz Roja y unas 2.000 personas enviadas por las parroquias.

La zona, al igual que el cementerio de la Almudena o el Palacio Real fue peinada la noche anterior en busca de cualquier objeto sospechoso. Minutos antes de la celebración del acto religioso un vehículo de teléfonos, que estaba situado junto al altar, fue retirado por una grúa al igual que lo habían sido otros 150 vehículos durante la mañana.

Para dar la comunión a los asistentes se utilizaron treinta microbuses de la EMT que permitieron distribuir a los sacerdotes por los carriles bus del paseo.