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Frenazo definitivo en los planes de expansión de las cajas de ahorro fuera de sus regiones

El amplio triunfo del PSOE en las elecciones legislativas ha reafirmado el frenazo, ya iniciado el pasado verano, en los planes de expansión de las cajas de ahorro fuera de sus regiones, según fuentes de este tercio del sistema financiero. Las grandes cajas, que empezaron a ver frustrados sus proyectos el 15 de julio pasado, ante la presión mayoritariamente contraria de las otras, han agotado o están a punto de agotar su capacidad de expansión en el exterior. Ahora les queda esperar a ser llamadas a eventuales operaciones de absorción o actuar fuera a través de las federaciones de cajas, que están siendo potenciadas.

La expansión fuera de las regiones de origen fue regulada por el Ministerio de Economía en 1980, mediante una fórmula que trató de sintetizar el miedo de las pequeñas a la competencia de las grandes y las ambiciones de éstas.Limitadas las absorciones de cajas dentro de la misma región, sobre todo por problemas de protagonismo de sus directivos, se vieron obligadas, para competir con la banca, a abrir nuevas oficinas y buscar mercados fuera de sus regiones.

En efecto, a partir de los años sesenta la banca libró una importante batalla por la captación de ahorro allí donde se generaba. Si en 1965 ya tenía tantas oficinas como las cajas confederadas (unas 3.400 cada grupo), éstas la aventajaron luego hasta 1974, año que terminaron con 6.098. A partir de entonces, la banca casi ha triplicado las suyas, mientras las cajas no han llegado a duplicarlas. Hoy la relación es 15.000-10.500. Diferencia que se nota en los gastos de cada grupo y en el precio medio a que cada uno presta dinero a los clientes, todavía más bajo en las cajas.

Quitarse el corsé autonómico

La competencia en los mercados de la propia región empujó a algunas cajas a salir fuera. Su objetivo era extender las posibilidades de negocio y, de paso, obviar futuros controles de las autoridades autonómicas diversificando activos y pasivos.El statu quo de 1978, qué sólo permitía abrir oficinas fuera a las cajas con más de 50.000 millones de pesetas de recursos ajenos, pero impuso un tope de doce oficinas, fue siendo más discutido por las grandes a medida que se acercaban al tope.

Hoy ya lo tienen prácticamente agotado: 'la Caixa' catalana, con 600.000 millones de pesetas de pasivo, inaugurará estos días su duodécima oficina fuera de Cataluña y Baleares, mientras la oficina de Madrid y otras andan a la zaga en sus topes.

La necesidad que tuvo la Administración hace un año de liquidar Fidecaya animó a las grandes en sus deseos de forzar el statu quo.

Con ese motivo, representantes del Ministerio de Economía y del Banco de España propusieron a las grandes ampliar la capacidad de expansión hasta el 10% de sus oficinas (cuatro decenas, en el caso de 'la Caixa' y Caja de Madrid) si se quedaban con Fidecaya. Pero el resto de las cajas rechazaron incluso el 5%.

Posteriores conversaciones y contactos con las cajas medianas y pequeñas llevaron a las autoridades a semielaborar la pasada primavera un plan: 5% sobre el número de oficinas abiertas y posibilidad de acudir a las poblaciones de más de 50.000 habitantes y a capitales de provincia.

Paralelamente, una ponencia nombrada entre las cajas esbozó, para proponerlas a la Asamblea de la Confederación, ideas como las que siguen:

- Parece inevitable modificar el plan de expansión de las cajas. Su expansión "sería una manera de salir del corsé de las autonomías". Así, parece oportuno no demorar las modificaciones.

- Debe de irse progresivamente hacia la libertad de expansión de las cajas para equiparlas con el resto de las entidades financieras, pero debe compatibilizarse con la mejor defensa de sus intereses. Estos no son paralelos, pero llegar a un buen y flexible entendimiento sería una prueba de fuego para la solidaridad.

- Por tanto, la solución posible es una expansión controlada y, hasta donde sea posible, consensuada.

Así, para proteger a las cajas más pequeñas, el proyecto de las autoridades debe modificarse para: elevar el número de habitantes a 100.000 con el fin de poder abrir oficinas fuera de las capitales de provincia, corregir la capacidad de expansión consumida con una escala regresiva que favorezca a las cajas pequeñas, no permitir la expansión de las cajas mientras no tengan balances previamente auditados por firma de prestigio, no permitir sucursales en los pueblos en que las cajas pequeñas tengan la sede central y no desligar el plan de expansión nacional del estudio de otro a nivel internacional.

Sometidas a votación estas ideas en la asamblea general extraordinaria del 15 de julio, sólo se mostraron a favor 'la Caixa' y la Caja de Madrid, cuyos, votos de calidad no llegaron ni con mucho a compensar la unanimidad del resto.

En el último memento, influidos quizá por la impresión de que no existía proyecto de las autoridades, vertida por el Banco de España, se expresaron en contra incluso las cajas que habían dado a entender deseos de expansión, como la Caja de Ahorros de Cataluña y la de Bilbao.

También pudo influir en el ánimo de los presentes, según alguno de ellos, las ideas contrarias a la expansión por parte del PSOE, partido que ya entonces reunía las mayores expectativas electorales y que había anunciado en sus contactos con la Confederación Española de Cajas el abandono de su proyecto de nacionalización de las cajas y su deseo de prohibir la expansión.

Ahora, las federaciones

El programa presentado meses después ante las elecciones en que ha triunfado señala que, "en relación con la expansión, fusión y modos de actuación, será prohibida la expansión de las cajas de ahorro fuera de su región y sus operaciones se dirigirán a satisfacer las demandas específicas de la misma. Asimismo se prohibirá su participación en el capital de entidades bancarias".Esta vía de participar en entidades bancarias había sido barajada últimamente como un posible escape al statu quo, debido a que diversas cajas tienen pequeñas participaciones en bancos por la conversión de obligaciones en acciones.

Sin embargo, cumpliendo con las eventuales imposiciones del Gobierno, distintas cajas grandes esperan ahora sublimar sus proyectos con una eventual llamada de las autoridades a participar en alguna operación de salvamento que se haga necesaria.

Fuera de este marco de esperanza, donde ya se trabaja con intensidad en la vitalización e incremento de la función y actividades de las federaciones de cajas, que están siendo adecuadas al mapa autonómico, en contacto con la CECA.

Ello sintoniza con el programa socialista, que propugna al resto potenciar las federaciones, para abordar a partir de ellas la reorganización de la Confederación como "caja de cajas".

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