Las instituciones ayudarán a pagar los 30 millones que costará el viaje de Juan Pablo II a Cataluña

Ana, seis años, alumna de las Teresianas, mordió el lápiz y miró el techo inmaculado, esperando una idea que iluminara su cabecita de dorados rizos. Su maestra de primero de EGB del Colegio de las Teresianas acababa de proponer a las niñas un tema de concurso titulado: Piropos al Papa. Los colegios religiosos catalanes han querido acercar la figura de Karol Wojtyla a su importante alumnado e incluso grupos de estudiantes de los diversos centros viajarán a Madrid para asistir al encuentro de jóvenes de toda España. También numerosos establecimientos barceloneses han colocado pasquines en sus vitrinas en los que se ve al Papa saludando sobre la representación de la bandera catalana en la que se lee: Benvingut.

Y son un río los particulares que acuden a la sede del comité del viaje llevando obsequios, entre los que está un gran óleo de dos metros por tres en el que se ha reflejado la ciudad de Barcelona, de la que destaca la Sagrada Familia y el Papa con los brazos abiertos.En las comarcas catalanas el trajín no es menor: en Tarragona se ha creado una librería con todos los escritos del Pontífice, en Gerona se ha editado una publicación dirigida a los escolares, en Solsona se han realizado estampas bilingües con una oración especial y en La Seu d'Urgell se ha proyectado una película titulada Un Papa venido de lejos.

El Papa en Cataluña apenas estará doce horas. Visita corta, pero preñada de actos, que se iniciarán en Montserrat, "hogar espiritual de Cataluña", según Joan Jarque, coordinador del viaje en tierras catalanas. Karol Wojtyla aterrizará en la plaza de los Apóstoles, si no hace viento. No es cierto que el comandante del helicóptero del 402 Escuadrón Real sea contrario a aterrizar arriba de la montaña. "El único inconveniente es el viento; la niebla o la lluvia no son obstáculo; en caso de que la meteorología sea desfavorable, aterrizará al pie de la montaña, en Monistrol y accederá a la cumbre en coche".

En la cima de Montserrat lo recibirá el abad, la Generalitat y las autoridades de la IV Región Militar. El Papa concelebrará una misa cantada, en la que intervendrá la Escolanía. "A este acto le hemos querido dar el carácter de peregrinaje del pueblo catalán ante la visita pastoral del jefe de la Iglesia, que confirma la fe de sus hermanos", explica Joan Jarque.

El helicóptero deberá trasladar al Papa hasta la ciudad de Barcelona. Sobre las 11.30 llegará a la explanada del Hospital de Sant Pau, desde donde se dirigirá en coche por la avenida Gaudí a la Sagrada Familia. Poco antes de mediodía lo recibirán allí las autoridades ciudadanas, encabezadas por el alcalde y a las 12.00 se cantará el Angelus. Se quería desecar un gran lago de la plaza Gaudí, a fin de que sirviera para dar más cabida a la explanada de la portada de la basílica, pero la estructura de cemento no puede aguantar un gran peso, por lo que se levantará una gran plataforma que cubrirá el estanque.

Desde allí, a través de la calle Cerdeña, Aragón, paseo de Gracia, plaza de Cataluña, Urquinaona y Vía Layetana, el Papa, en coche descubierto, aunque con protección de cristal antibalas, saludará a la ciudad, que estará engalanada con una tríada de banderas: la española, la catalana y la vaticana. Tras una visita al templo catedralicio y el saludo al arzobispado, almorzará en las dependencias de la residencia arzobispal

En una sala descansará una hora y media y, a continuación, se trasladará en coche hasta la avenida de María Cristina, la puerta de la montaña de Montjuïc, donde concederá una gran audiencia al mundo del trabajo.

A las seis de la tarde, saldrá en dirección al estadio del F. C. Barcelona, donde se habrá instalado un fenomenal altar, ante la tribuna, y el icono del artista Albert Obiol. Más de 100.000 personas asistirán a la misa dominical, que cerrará la estancia del Pontífice.

El presupuesto del viaje en tierras catalanas será bajo, pues según previsiones contrastadas por EL PAIS no superará los treinta millones de pesetas, aunque se ha establecido un capítulo de entre cinco y diez millones para imprevistos. La Generalitat, la Diputación, el Ayuntamiento y el Obispado financiarán los gastos.

Las medidas de seguridad son importantes y se encuadran dentro de un plan llamado Pax 82. Todos los cuerpos de seguridad participan en el plan, además de 2.500 voluntarios de Protección Civil y 1.500 hombres de la Cruz Roja. En los actos públicos habrá un triple cordón de seguridad: el primero, formado por personas identificadas con contraseñas especiales; el segundo, integrado por miembros de Protección Civil; y el tercero, en el que participan miembros de la policía. El Papa viaja con un solo coche de séquito, el resto recorrerá la ciudad en un autobús de la ciudad de Barcelona.

Un detalle especialmente emotivo de la visita del Papa a Cataluña será la bienvenida que le dará el doctor Vilardell, uno de los que le atendieron tras el atentado, a la puerta del Hospital de Sant Pau.