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Atenas y Washington inician las negociaciones para la renovación de las bases norteamericanas en Grecia

Grecia y Estados Unidos abrieron ayer oficialmente, en Atenas, las negociaciones para la renovación del acuerdo sobre las bases militares norteamericanas en Grecia. La negociación, a la que el primer ministro Andreas Papandreu ha puesto un plazo máximo de nueve meses, se inician en un clima distendido, tras las declaraciones efectuadas por el dirigente griego en el sentido de estar dispuesto a aceptar un acuerdo que sea beneficioso para su país.

En los últimos meses, el primer ministro socialista ha indicado claramente que no tiene la intención de decidir unilateralmente la salida de los norteamericanos de Grecia, sino de negociar con Washington un nuevo acuerdo que elimine definitivamente el inicial de 1953."Para nosotros es esencial que Grecia tenga un control suficiente sobre estas bases para evita que informaciones sobre la defensa nacional griega sean cornu nicadas a Turquía" afirmó Papandreu en una reciente entre vista concedida al diario Washington Post.

Las diferencias que existen entre Grecia y Turquia sobre el Egeo repercuten en las relaciones de Atenas con la OTAN, ya que Ankara ocupó el vacío que dejó la salida temporal de Grecia de la rama militar de la OTAN.

Esta moderación ha tranquilizado a los norteamericanos, que se encontraban preocupados por las declaraciones y las consignas del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), que el año pasado, en la campaña electoral que le llevó al poder, exigía el desmantelamiento de las bases norteamericanas y la salida de Grecia de la OTAN.

Andreas Papandreu, que sigue criticando abiertamente a la OTAN, quiere, antes que nada, poner orden en los 108 documentos intercambiados entre Grecia y Estados Unidos en los últimos veinte años, y que rigen el actual funcionamiento de las cuatro bases principales y de la docena de instalaciones adicionales, muchas de ellas secretas, que los norteamericanos tienen en Grecia.

Washington ha hecho saber que concede un gran valor estratégico a sus instalaciones militares en Grecia, que, junto con las de Turquía, Italia, España y Portugal, forman el flanco sur de su dispositivo militar en Europa.

Un funcionario del Departamento de Estado declaró en Washington que, en "nuestra opinión, unas relaciones militares duraderas, incluyendo instalaciones norteamericanas en Grecia, son de interés para ambos países".

Las bases

Estas bases, dos de ellas situadas en las proximidades de Atenas y otras dos en la isla de Creta, están servidas por más de 3.500 militares norteamericanos. Otra docena de instalaciones, cuya localización y destino se desconoce, existen en diversos puntos del país.

Las cuatro conocidas son: Hellinikon, cerca del aeropuerto internacional de Atenas, cuya función es servir de centro del transporte aéreo. Nea Majri, a unos sesenta kilómetros al noreste de Atenas, es un centro de comunicaciones conectado con las instalaciones norte arrierican as en Italia y España. Funciona como centro de la vigilancia de los Balcanes.

Heraklión, en el norte de Creta, es el centro de comunicaciones del Ejército del Aire norteamericano y cubre el Oriente Próximo, el Norte de Africa y el Mediterráneo oriental.

Suda Bay, situada en el noroeste de Creta. Base naval donde pueden fondear los mayores navíos de la Sexta Flota norteamericana, y de donde despegan los aviones encargados de vigilar a barcos soviéticos y submarinos que operan en el Mediterráneo.

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