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Catastrófica situación en las zonas afectadas por las inundaciones

El Gobierno abrirá una investigación sobre las supuestas deficiencias de la presa de Tous

El presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y el vicepresidente económico, Juan Antonio García Díez, visitaron ayer, por segunda vez en siete días, la zona inundada por las aguas del río Júcar. En Alcira, Calvo Sotelo fue increpado por damnificados que guardaban turno en una cola de abastecimiento, sobre el dinero público con que había construido la presa de Tous y el retraso de la alerta a la población alcireña, que impidió sortear la avalancha de agua.

El presidente del Gobierno señaló a este respecto en el transcurso de una posterior conferencia de Prensa que, "se abrirá una investigación en todos los aspectos", sobre las supuestas deficiencias técnicas de las presa de Tous.

Calvo Sotelo añadió asimismo que, "no hay razones para el posible aplazamiento de las elecciones en la circunscripción electoral de Valencia". Por su parte, el gobernador civil de Valencia, Fernández del Río señaló que la concesionaria de la autopista del Mediterráneo no se había negado a la voladura de tramos de la misma, pero que él personalmente no lo estimó necesario.

El otro pueblo visitado, Sollana, el único de la comarca que tiene mayoría de UCD en el ayuntamiento, dispensó al Gobierno una acogida menos polémica. Después Calvo Sotelo visitaría por primera vez la sede del Consejo valenciano donde respaldó la actuación del Gobierno autónomo en las tareas de reconstrucción de las comarcas siniestradas.

Faltaban diez minutos para las trece horas, cuando el helicóptero presidencial tomó tierra en el estadio Luis Suñer de Alcira. El alcalde de la ciudad, el socialista Francisco Blasco, recibió con un abrazo al presidente del Gobierno después de preguntarle "Leopoldo ¿puedo darte un abrazo?". La comitiva se trasladó entre fango y montones de enseres desalojados de las casas, por calles de la ciudad y paró en un centro de avituallamiento de comida, situado junto a la avenida de los santos patrones, donde varias personas pidieron explicaciones a Calvo Sotelo sobre el dinero solicitado al contribuyente para construir la inacabada presa de Tous, sobre los riesgos de este pantano y la demora con que se dio la alarma de evacuación a la población alcireña.

La comitiva continuó la visita en coche. Los vecinos de Carcagente, segunda población de la comarca en número de habitantes, que se han visto más afectados por la catástrofe que Alcira, quedaron decepcionados de que las visitas oficiales sólo tengan a Alcira por objetivo.

Luego la comitiva presidencial sobrevoló la zona hasta Sollana, único municipio con mayoría de UCD en aquella comarca, cuyo alcalde Gapar Sastre, le dispensó una cálida acogida luciendo la blusa de labrador. Calvo Sotelo entró en bares, casas y almacenes, se ensució los zapatos de fango y prometió ayudas. "Todo se arreglará. Son muchos los daños que hay que reparar", dijo. Un hombre del pueblo percibió entre el barullo de la gente a García Díez, rezagado. "Alcalde, que este es el vicepresidente del Gobierno", le indicó al primer edil para que le situara en la cabecera.

Sollana con 4.500 habitantes está sacando todavía a la calle los muebles destrozados. Sólo el mercado se salvó de la ola de agua. Los 82 estudiantes del colegio adventista de Sagunto fueron desplazados por la Cruz Roja a esta población donde tras las tareas de primeros auxilios se está procediendo a seleccionar la ropa y atender otras necesidades menos perentorias. "Ahora el problema es saber quién va a tener trabajo mañana" afirma el teniente de alcalde, Jesús Hernández del PSOE. La población se dedica a la agricultura y una pequeña parte de jóvenes trabajan en la factoría automovilística de Ford, de Almusafes, que ayer reanudó su actividad.

Los naranjos todavía permanecen anegados por las aguas del Júcar, nombre que en árabe significa el devastador, pese a que discurre lejos del pueblo. Esta es la primera vez que Sollana se inunda después de 1957. "Ha sido por la vía del tren", señala el maestro del pueblo, "que hemos tenido hasta dos metros de agua".

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