El plan de ordenación urbana de Salamanca prevé una inversión de 7.465 millones
El principio de que los beneficios del desarrollo urbano deben repercutir sobre toda la colectividad y no sólo en favor de los propietarios de suelo, constituye una norma fundamental del Plan General de Ordenación Urbana de Salamanca, que se encuentra en fase de información pública y prevé una inversión de 7.465 millones de pesetas.
La corporación municipal consiguió la mayoría absoluta necesaria para tal decisión gracias al voto de un concejal de UCD posteriormente expulsado del partido. PSOE y PCE han apoyado el Plan, que prevé una inversión de 7.465 millones de pesetas, pero el concejal inde pendiente que figura en el grupo comunista ha mantenido hasta ahora una firme postura abstencionista en este tema.Esa redistribución de los bene ficios del desarrollo urbano se realiza, entre otros procedimien tos establecidos por el Plan, mediante la transferencia de apro vechamiento que obliga a lo propietarios de suelo a ceder terrenos al Ayuntamiento en zonas necesitadas de ese suelo para equipamientos escolares, sanitarios, deportivos, etcétera, a cambio de unas posibilidades edificatorias por encima de las fijadas como normales en el Plan.
Este Plan prevé una inversión de 7.456 millones de pesetas en el primer cuatrienio de vigencia y de otros 3.366 millones de pesetas en el segundo. El Ayuntamiento y la administración central serán, en el aspecto económico, los principales promotores, con un 38% y un 36% respectivamente en la inversión necesaria. El 26% restante corresponderá a la iniciativa privada. La organización con 3.379 millones de pesetas; el equipamientro educativo con 725 millones; el patrimonio histórico artístico con 718 millones; la red viaria principal con 674 millones y los equipamientos deportivos con 405 millones, serán los principales capítulos de este programa de inversiones.
Reservar suelo
El nuevo Plan General de Salamanca se propone acabar la ciudad mediante la ordenación y edificación de las zonas incluidas en el nuevo casco urbano y mejorarla con un nuevo orden y trazado de las alineaciones, situando los límites de densidad en los establecidos por la Ley del Suelo en 1976, reservando suelo para espacios libres y para equipamientos comunitarios.La conservación del patrimonio urbano es un tema en el que el Plan pone un acento especial. Así propone, entre otras medidas, la ampliación del núcleo histórico-artístico a toda la ciudad incluida en la carretera de circunvalación, la delimitación de unidades funcionales para controlar la edificabilidad y las transferencias de aprovechamiento, la relación de un catálogo de edificios de interés y el establecimiento de normas de protección y conservación.
En lo relativo al suelo urbanizable -aspecto en el que el Plan resulta imprescindible de cara al desarrollo de Salamanca-, éste prevé la incorporación de los sectores próximos al actual núcleo urbano para acabar de completar el crecimiento de la zona norte de la ciudad y al mismo tiempo califica los terrenos necesarios para los polígonos proyectados por el INUR y RENFE en la zona del Zurguen y en Tejares, respectivamente. El Plan contempla las necesidades previsibles del suelo de Salamanca hasta 1995, aunque sólo programa el futuro del espacio que será necesario en el primer cuatrienio con el objeto de posibilitar una flexibilidad futura en función de las iniciativas que se susciten.
El Plan General de Salamanca que ahora se expone al público se muestra riguroso en la protección de algunas zonas no urbanizables por su interés paisajístico como las Riberas del Tormes -para lo que se propone la protección de sus cauces y del arbolado existente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.