El Insalud descarta, por el momento, la posibilidad de un brote epidémico en poblaciones valencianas
La grave situación causada por la gran cantidad de animales muertos que han originado las inundaciones en la provincia de Valencia se mantenía ayer mientras ocho equipos de la Consellería de Sanidad proseguían la labor de incineración o enterramiento con cal viva de los cadáveres para evitar brotes epidémicos que, hasta el momento, no se han producido. Según manifestó ayer a EL PAIS el conseller de Sanidad, Angel Luna, la situación más grave es este aspecto es la de Carcagente donde ayer todavía se carecía de agua potable, servicio con el que Alcira contaba desde el día anterior.El director del Instituto Nacional de la Salud (Insalud), José María Fernández Cuevas, aseguró ayer que, por el momento, está descartada la posibilidad de que se pueda producir cualquier tipo de brote epidémico. En cuanto a los daños en las poblaciones, el alcalde de Benegida informó que es preciso reconstruir ese pueblo en un 90%. Parece ser que se trata de la población cuyos edificios han resultado mas dañados.
Los equipos de la consellería de Sanidad, que habían detectado en el término municipal de Carcagente un total de seiscientos cadáveres de cerdos adultos, quinientos de lechones y 30.000 de aves, tropezaban con la dificultad de que no era posible enterrarlos dentro de ese término municipal por encontrarse todos los campos inundados. Fue necesario comenzar los enterramientos en la vecina localidad de Rafelguaraz, donde algunos vecinos se ofrecieron voluntariamente a colaborar y la Consellería envió cuatro camiones de cal viva.
Por otra parte y, según los informes con que se cuenta a partir de los equipos de inspección, empieza a ser preciso utilizar mascarillas para llevar a cabo estas tareas por el avanzado estado de descomposición en que se encuentran los animales.
"La situación en Carcagente", decía ayer Angel Luna, "es mucho más grave que en Alcira. En todo el casco urbano llegó el agua hasta el primer piso, por lo que no se pueden utilizar las plantas bajas. ,No había luz ni comunicación por radio. Hasta hoy no hemos podido comunicarnos con el pueblo por medio de transmisores".
Descoordinación absoluta
Estos problemas se han visto agravados, según el conseller, por "una descoordinación absoluta que ha hecho que, en un primer momento, fuésemos impotentes para trabajar con eficacia. Es evidente que ha habido, al menos, negligencia, puesto que se dió la orden de evacuar Alberique, donde luego, el agua no alcanzó ni medio palmo mientras que Alcira y Carcagente fueron evacuadas más tarde".
"Incluso tengo noticias", añadió, "de que a un equipo de geógrafos que se ofreció a colaborar para estudiar de qué forma se distribuirían las aguas, no se le autorizó a pasar a la zona'".
En cuanto a Cruz Roja Española, Luna dice que esta institución "ha hecho la guerra por su cuenta". "Ellos anunciaron que tenían lanzallamas para destruir cadáveres de animales y nosotros, gracias a las gestiones del presidente Monsonís, conseguimos que nos enviaran ocho desde Cataluña. Cuando les llamamos para decirles que un equipo de la consellería estaba procediendo a quemar animales muertos y que era necesario coordinarse, nos dijeron que no, que ellos irían a donde les pareciese bien".
El conseller señala incluso que Cruz Roja "ha estado tomándonos el pelo", puesto que la Consellería ha insistido repetidamente en localizar al presidente de la Asamblea provincial de este organismo, Vicente Miravet, y se le negó la posibilidad de contactar con él.
Por otra parte, todos los centros hospitalarios de la provincia funcionaban ayer de forma satisfactoria, según comunicó el Gobierno Civil, y la incidencia de los internados con motivo de las ínundaciones no ha supuesto tener que utilizar todas las camas disponibles.
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