La campaña en el País Vasco se caracteriza por las condenas al terrorismo y el golpismo

Cuando tan sólo faltan tres días para la celebración de las elecciones -y con la sombra de la trama golpista como telón de fondo- las más duras críticas al terrorismo y al golpismo han sido el común denominador de los mensajes de la mayoría de partidos políticos vascos en los actos centrales que han celebrado en el País Vasco este fin de semana. A excepción de la coalición de derechas, que pone especial énfasis en el fenómeno etarra, y de Herri Batasuna, que se limita a repetir su oferta del programa KAS, el resto de fuerzas políticas vascas, centraron ayer sus condenas en los dos fenómenos que, en su opinión, suponen un peligro para la democracia: Las tentaciones involucionistas de un sector del Ejército y la violencia de ETA.El presidente del Gobierno Vasco, Carlos Garaikoetxea, que intervino en un mitin celebrado en el polideportivo alavés de Mendizorroza, señaló que, "cada tiro significa tres mil votos para la derecha", informa Tonla Etxarri. En un tono marcadamente duro el lendakarí centró su discurso en preguntar a los partidarios de la violencia si se han detenido en pensar que "poner una bomba o dar un tiro coincide con los intereses de la derecha más reaccionaria". Así mismo, no ocultó su predisposición a colaborar con los socialistas en su tarea de gobierno. "Nadie más que el PNV", señaló, "desea que a este pueblo llegue la concordia y la paz y nadie piensa más que nosotros en cooperar con quien gobierne en Madrid para buscar una solución al paro, consolidar la democracia y pacificar Euskadi".

Exigir el cese del terror

Los socialistas vascos, que se mostraban preocupados ante los insistentes rumores golpistas, hicieron especial hincapié en señalar que van a exigir "el cese del terror desde la legitimidad dernocrática". En este sentido Txiki Benegas dijo: "Si el llamamiento no es escuchado, vamos a ser inflexibles contra la violencia, utilizando los resortes policiales y sociales a nuestro alcance".

En cuanto a Herri Batasuna, desde su oferta rupturista -eje fundamental de su campaña-, se refiere al golpismo como una consecuencia lógica de un aparato de Estado "en tanto no sufra la depuración" defendida por la coalición como premisa indispensable "para poder hablar de una sociedad democrática", informa Arantza Elu.

En los peligros del golpismo, que Onaindía ha equiparado en los últimos días "al militarismo de ETA", así como en las actuaciones "de quienes emplean las pistolas con capuchas o vestidos de uniforme" incide la campaña de Euskadiko Ezkerra-Izquierda para el Socialismo. Aunque continúe ahorrando agresividad para con los adversarios políticos, EE endurece sus posiciones respecto a sus más inmediatos competidores, el PSOE y Herri Batasuna.

Cuestionando la autodefinición de "Izquierda vasca" del anterior grupo, el PC de Euskadi intenta controlar sus votos "porque los socialistas ya tienen el poder asegurado", afirma, a la vez de arremeter en los mítines de las localidades industriales contra los partidos AP, FN y HB a quienes presenta como máximos peligros de la democracia.

Unicamente a requerimiento de los informadores, la derecha coaligada en el País Vasco -AP, PDL, PDP y UCD- alude al golpismo aunque sea para quitarle importancia e insiste, como lo hacía ayer en Bilbao el número uno del PDP, Oscar Alzaga, en las brechas que para la sociedad supondrían un triunfo del PSOE en capítulos como el de la educación y enseñanza.