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El caos reina en muchas poblaciones, todavía inundadas, de la zona valenciana

Los servicios de ayuda a los damnificados de Valencia están absolutamente desbordados ante el esfuerzo que es necesario desarrollar para poder paliar el caos que reina todavía en estas poblaciones, algunas de las cuales siguen totalmente inundadas. Varias comarcas están absolutamente devastadas -las pérdidas son incalculables- y, según todos los indicios, es probable que las cifras de muertos y desaparecidos se amplíen en las próximas horas, ya que todavía hay pequeñas localidades incomunicadas donde el agua llega hasta dos metros de las viviendas. La lluvia continuaba cayendo insistentemente ayer en Valencia y su provincia. Dentro del amplio servicio de ayuda desplegado destaca La labor voluntaria de gran número de radioaficionados, que están trabajando de enlace de muchas poblaciones aún incomunicadas.

Las escenas que pueden observarse en las poblaciones afectadas por las inundaciones son auténticamente patéticas. Muchas personas se han quedado sin sus casas, sin sus medios de trabajo -las huertas se encuentran arrasadas- y en estos momentos la desolación reina en los damnificados. Estos no saben qué hacer ni adónde dirigirse. Es el desmoronamiento y la desesperación.El agua se está acumulando en los rellanos y tiende a dirigirse a las cuencas de los nos para salir, de cualquier forma, al mar. Por este motivo hay zonas que se encuentran todavía rebasadas por el agua.

Vicente González Lizondo, presidente provincial de Unió Valenciá, manifestaba a EL PAIS que "estas inundaciones son mucho más grandes y debastadoras que las del 57". "Te lo dice uno", apuntillaba, "que vivió de cerca aquella ocasión como ahora y estuvo ayundado todo lo posible a los afectados y lo conoce bien; sus secuelas son mucho más grandes".

Los helicópteros del Ejército continuan batiendo las zonas afectadas y siguen observando minuciosamente las poblaciones inundadas por el agua ya que, evidentemente, se teme que haya muchas personas aisladas que necesitarán ayuda. Otras, es muy posible que aparezcan flotando en las aguas y como ya aseguran muchos de los hombres que vivieron la riada del 57 "es probable que no se vuelva a saber nada de algunos de los que se dan por desaparecidos".

El desconcierto y la impotencia es una nota dominante. A últimas horas de la tarde de ayer comenzaba a desaparecer el enorme tapón de camiones detenidos, de unos 10 kilómetros de largo, que se había formado en la autopista de Valencia a Alicante.

Víveres, medicinas y ropas llegan de todas las provincias españolas y son distribuídos por la Cruz Roja y Protección Civil. Así mismo, funcionarios y vehículos de algunos ayuntamientos de España -como el de Madrid, por ejemplo- se han trasladado a estas comarcas con comida y material necesario para los damnificados. Ayer llegaron a Valencia varias dotaciones del Socorro Popular Francés para prestar su ayuda a los afectados. Cáritas no para, a través de mensajes radiofónicos, de pedir ropas y alimentos para los damnificados. La Casa de la Misericordia está absolutamente desbordada. Algunos evacuados permanecen allí día y noche ya que han perdido sus viviendas y a estas dependencias llegan continuamente medicamentos y ropas para trasladarlos a los afectados.

El mayor problema se encuentra en conseguir ayuda para los ancianos, niños y, especialmente, para los enfermos, que, en muchos casos, son trasladados en helicópteros a centros hospitalarios de Valencia. Ayer, la Agrupación de Jóvenes Agricultores estimaba que los daños superarían los 30.000 millones de pesetas, aunque afirmaban que "la ganadería también ha sufrido pérdidas importantes por lo que los daños no se pueden evaluar, son incalculables".

Algunas informaciones apuntaban ayer que el balance total de muertos podría ascender a 50, aún sin ser exagerados. En, Ayora, por ejemplo, fueron hallados ayer los cadáveres de un niño 3, una mujer. En Alzira y Carcagente la cifra de muertos superaba la veintena y se da por desaparecidos hasta el momento a unos 15.

Una labor importante es la que está desarrollando radioaficionados que desde todos los puntos de España se han trasladado a las comarcas afectadas para ayudar a esta poblaciones. Han abierto una red de comunicaciones, muy importante para conocer la situación de cada momento y poder informar todo lo que se necesite. Es importante su colaboración porque hay algunas poblaciones de las que no se tiene todavía ninguna noticia.

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