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China y la URSS concluyen su primera ronda de conversaciones

China y la Unión Soviética concluyeron ayer en Pekín una serie de negociaciones que señalan la reanudación de un diálogo entre los dos países interrumpido desde hace tres años, a raíz de la invasión soviética de Afganistán. En Moscú se valoran como positivos, aunque con reservas, los resultados de estas conversaciones.Las negociaciones, que comenzaron el 5 de octubre, han sido calificadas oficialmente de consultas, para señalar su carácter exploratorio. China ha afirmado públicamente que las discusiones entre los dos países, congeladas desde hace veinte años, serán largas y difíciles.

Según fuentes diplomáticas de Pekín, las conversaciones, que ha tenido por escenario la capital china, se han desarrollado en dos fases: la primera se ha dedicado a exposiciones generales sobre las posiciones respectivas de los dos Gobiernos; la segunda, al examen de problemas particulares sobre sus relaciones.

En Moscú, donde no se ha facilitado información oficial u oficiosa, se considera que el mero hecho de que los dos países estén dispuestos a reanudar un diálogo interrumpido a comienzos de los años sesenta es en sí mismo alentador.

Hace varios meses que los dirigentes soviéticos multiplicaron sus signos de apertura hacia el otro coloso comunista. El presidente Breznev, que en marzo pasado tomó la iniciativa en la ciudad de Tachkent, reiteró el mes pasado en Bakú la necesidad de "normalizar progresivamente las relaciones entre la URSS y China sobre las bases del buen sentido, el respeto y las ventajas recíprocas". Simultáneamente, el Kremlin puso sordina a sus habituales ataques contra el militarismo y el hegemonismo de Pekín.

El distanciamiento entre los dos gigantes del mundo comunista se debe a razones complejas, que van desde la rivalidad ideológica hasta los contenciosos territoriales y los conflictos de influencia.

Dirigentes chinos de primer plano han reafirmado recientemente ante visitantes extranjeros que el hegemonismo soviético es el peligro principal para la paz mundial. Los tres factores que Pekín considera amenazantes de manera más inmediata para su seguridad son el masivo despliegue de tropas soviéticas en sus fronteras, el apoyo de Moscú a Vietnam en su acción de Camboya y la presencia militar soviética en Afganistán.

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El negociador soviético, el viceministro de Exteriores Illitchev, permanecerá algunos días en Pekín, donde podría volver a entrevistarse con dirigentes chinos.

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