Gemayel consigue en París el apoyo francés a la reconstrucción de Líbano
Amin Gemayel, presidente electo de Líbano, se manifestó satisfecho tras su entrevista ayer con el presidente francés François Mitterrand y varios ministros de su Gobierno y anunció que, como se esperaba, Francia contribuirá "a la recuperación y a la independencia de Líbano". El jefe del Estado libanés aprovechó la visita para conciliarse con el líder de la izquierda de su país, Walid Jumblat, quien se sentó junto al presidente en la conferencia de Prensa ofrecida por este.
A pesar de que las relaciones entre Beirut y Washington "son la piedra angular del nuevo Líbano", según precisó también el presidente, Gemayel desea, en la medida de lo posible, equilibrar la pax americana con el "máximo de concursos posibles".Procedente de Estados Unidos, donde intervino en las Naciones Unidas y se entrevistó con el presidente Ronald Reagan, Gemayel se detuvo unas horas en París para viajar hoy a Italia, donde visitará al papa Juan Pablo II y a las autoridades de ese país.
En París, los dos presidentes han reafirmado las relaciones privilegiadas que históricamente han mantenido sus pueblos. En esta ocasión, Gemayel resaltó que en los momentos trágicos que ha vivido recientemente su país, "Francia, por primera vez después de De Gaulle, ha realizado un esfuerzo real y tangible". París participará en la fuerza multinacional de interposición en la ONU.
Al cerrar sus conversaciones con los responsables galos, detalló que la ayuda francesa se sitúa en el marco de las tres prioridades que se ha fijado su Gobierno: aceleración del proceso de evacuación de todas las tropas extranjeras que se encuentran aún en tierras libanesas (sirias, israelíes y palestinas) reconstrucción económica del país (se calcula que le serán necesarios 100.000 millones de francos) y, en tercer lugar, creación de un Ejército de 100.000 hombres.
El presidente Reagan se ha declarado dispuesto a garantizar lo más sustancial de este plan. Francia, a estas alturas, ya ha abierto un crédito a Líbano de seiscientos millones de francos para la adquisición de equipo militar. En este mismo orden, actualmente 120 oficiales libaneses se forman en Francia. Este país es el segundo proveedor libanés, después de Italia, y el superávit comercial francés de 1.500 millones de francos en 1981 fue uno de los contenciosos abordados ayer.
La buena voluntad y la determinación expresadas por Gemayel, apoyadas por Mitterrand, no ocultan que el futuro de Líbano, apadrinado prácticamente de manera total por Washington, aún no ofrece perspectivas ciertas.
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