El régimen de Suharto
El día 7 de diciembre de 1975, pocas horas después de que el presidente Ford y el secretario de Estado H. Kissinger finalizaran una visita relámpago a Yakarta, las tropas indonesias invadían Timor Este, una antigua colonia portuguesa que había proclamado su independencia días antes. La parte oeste de la isla, tras haber pertenecido a Alemania, formaba parte de Indonesia desde que este país obtuviera su propia independencia.Después de la revolución marchita de los claveles en Portugal y tras la emergencia de diversos partidos políticos en Timor Este, un intento de golpe de Estado por parte de la UDT, que costó una guerra civil y alrededor de 3.000 muertos, una relativa calma -bajo la hegemonía del Fretilín- se había establecido sobre la isla, según los testimonios de la Cruz Roja australiana, otras organizaciones humanitarias y diversos periodistas independientes.
La invasión de las tropas indonesias rompió esta paz: se calcula que en estos años de guerra (la población sigue resistiendo como puede, aunque las nuevas; autoridades han cortado desde hace años las comunicaciones con el exterior y ello dificulta extraordinariamente la obtención de datos) Timor Este ha perdido al menos una cuarta parte de una población de 700.000 personas, al mismo tiempo que, quienes todavía no han muerto viven agrupados en campos de concentración con graves problemas sanitarios, falta de comida, etcétera. Este auténtico genocidio ha encontrado muy poco eco en los periódicos occidentales, y tan sólo un desconocimiento del tema explica que EL PAÍS haya podido calificar al régimen del presidente Suharto de "democracia vigilada", añadiendo unas notas sobre la situación política en donde tampoco cita para nada el hecho capital: Suharto es el carnicero mayor responsable de la matanza de cerca de 200.000 personas en unos pocos años. Matanza que, con el apoyo moral y material del Gobierno americano -proveedor del 90% de las armas usadas por el Ejército-, todavía continúa hoy, y cuyos poi-menores están descritos en uno de los últimos libros del profesor N. Chomsky: Towards a new cold war. Esperemos que alguno de los llamados partidos de izquierda se digne publicar siquiera sea una notita de protesta por la presencia de este asesino golpista en Madrid. /
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