Más allá de la Constitución sólo se encuentra el caos y la aventura destructora, advierte Oliart

"Hoy como nunca las Fuerzas Armadas necesitan su unidad en torno a sus virtudes básicas, a la lealtad y obediencia a los mandos y a las Reales Ordenanzas. La Constitución es la norma básica para ordenar la vida política del Estado en paz y libertad; mas allá solo se encuentra el caos y la aventura destructora. Con la garantía de las Fuerzas Armadas, del pueblo que da ejemplo de ponderación y mesura, y del Rey, podemos mirar al futuro con tranquilidad y optimismo", dijo ayer el ministro de Defensa tras imponer las cruces del Mérito Aeronaútico concedidas con motivo de la pasada onomástica del Rey.

El acto comenzó a las 13.15 horas en el Cuartel General del Aire, con unas palabras del Jefe del Estado Mayor del Aire, teniente general Emilo García Conde, quien destacó el interés de ese ejército en "hacer llegar al pueblo al que sirve la trascendencia de su misión, dentro del conjunto de la Defensa Nacional y de la necesidad de apoyos exteriores que hagan posible su cumplimiento". García Conde felicitó a los galardonados e hizo un reconocimiento de los servicios prestrados de for ma desinteresada y patriótica. Rogó al ministro que hiciera llegar al Rey el propósito del Ejército del Aire de empeñarse cada vez más en mejorar su preparación y eficacia, para coadyuvar así a la mayor seguridad y grandeza de la patria, y el testimonio de su inquebrantable y permanente adhesión como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.Después, el coronel Emilio Dáneo Palacios dió lectura a los decretos y órdenes ministeriales en los que se concedían las condecoraciones. Grandes Cruces al teniente general Gregorio Martín Olmedo, jefe del Mando de Material; a Raúl Vázquez Gómez, director general de Enseñanzas Medias y Formación Profesional; a Pedro Caselles Beltrán, director general de Enseñanza General Básica; a Manuel Campos Garrido, Intendente General del Aire; a Gabriel Martínez García, consejero togado del Ejército del Aire; a Luis Gabaldón Velasco, general de brigada del Ejército del Aire.

Cruces de primera clase a Jaime García García, director provincial de Educación y Ciencia; a José Antonio Vizcaíno Monti, jefe del servicio de ordenación de actividades del ministerio de Cultura; a Arturo Sánchez Quiñones, vicepresidente de Ceisa; a Jaime Vigón Sánchez, ingeniero de Montes; a José Luis Zabaleta Martínez, ingeniero Industrial; a Alberto Jimeno Alava, médico; a Joaquín Ariza Arellano, comandante de Caballería. Cruces de segunda clase a José Antonio Rodríguez Rodrigo, controlador aéreo, y a Raúl Ballegeer Bormans, profesor de idiomas.

El condecorado de mayor categoría y antigüedad, teniente general Gregorio Martín Olmedo, dijo unas palabras en nombre de todos para expresar sus sentimientos de gratitud y reafirmó la superioridad de los valores morales recogidos en las reales ordenanzas.

Intervención del ministro

La intervención del ministro de Defensa cerro el acto. Alberto Oliart mencionó el empeño por modernizar las Fuerzas Armadas y especialmente el Ejército del Aire como un elemento esencial de la libertad, soberanía y dignidad de España, y subrayó que ese esfuerzo debe continuar "mas allá de muchos de los que están aquí". El ministro aludió a los "acontecimientos recientes, que invitan a la reflexión y que deben valorarse en su justa medida y servir para dejar en claro que los ejércitos de España están unidos y son leales".

Hizo también un llamamiento a los medios de comunicación social para que traten con el respeto y cariño que merecen todos los asuntos de las Fuerzas Armadas insistió en que no se produzcan irresponsables utilizaciones de la libertad de expresión y citó a Kant para recordar que "el límite de la libertad de cada uno está en la libertad de los demás". Concluyó invitando a todos a dar con él los ¡Viva España! y ¡Viva el Rey!

A continuación se sirvió una copa de vino español, durante la que condecorados, familiares, invitados, autoridades, mandos y periodistas pudieron departir ampliamente.