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Dominio de las órdenes vendedoras

El desconcierto y la inhibición compradora que se apuntaron en las últimas reuniones de la pasada semana han dado paso a una situación bastante más lúgubre, en la que las órdenes vendedoras dominan ampliamente sobre las escasas compras que llegan a los parqués, y ello a pesar de que los martes suele concurrir una mayor cantidad de dinero, como consecuencia de las acumulaciones del fin de semana.Los índices de los cuatro mercados reflejaron diferencias negativas, encabezando las bajas el de Madrid, con una pérdida de 0,87 puntos, al que seguía Barcelona, que dejaba 78 centésimas, siendo Valencia, con medio punto escaso, y Bilbao, con veinte centésimas, quienes mejor aguantaban el chaparrón vendedor.

La realidad es que el número de órdenes que conseguían cumplimentarse no resultaba demasiado excesivo, y, por tanto, era difícil establecer el volumen real de oferta existente. No obstante, lo que sí se pudo constatar es la clara voluntad vendedora de una buena parte de las instituciones que a lo largo de las pasadas semanas cursaban órdenes compradoras o se mantenían en actitudes expectantes.

El parámetro de uso más común en el mercado de valores madrileño para determinar los volúmenes de las órdenes acostumbra a ser la caja de operaciones bancarias. Ayer, concretamente, no se habían observado grandes diferencias con relación a las reuniones anteriores. Los saldos continuaban siendo predominantemente negativos, aunque las cantidades de títulos que aparecían no eran demasiado estrepitosas.

Unicamente el Vizcaya conseguía una diferencia positiva en su cotización, apoyándose en 91 solitarios títulos de diferencia compradora. En el extremo opuesto y como mayor pérdida, aparecía el Hispano, que dejaba tres enteros. El importante incremento que se ha registrado en los últimos días en los tipos de interés practicados en el mercado interbancario, que a su vez han repercutido sobre la totalidad de activos financieros que en este momento se ofrecen a los inversores, ha provocado una retirada bastante rápida de los fondos que se venían canalizando, con clara intención especulativa, hacia el mercado de acciones.

Esta situación ha hecho que las instituciones reconsiderasen sus planteamientos anterioes y se sumasen a las corrientes vendedoras, aunque su conocimiento de la debilidad intrínseca del mercado las forzaba a mantener unas posturas cautas, es decir, sin forzar en exceso la máquina de las ventas, para evitar psicosis de pánico y el derrumbe de las cotizaciones. Porque lo que está bastante claro, desde luego, es que dinero no hay, y por el momento no parece muy probable que vaya a aparecer.

El reflejo de lo antes expuesto queda bastante a la vista en las pérdidas que experimentan todos los índices sectoriales del mercado de valores madrileño, donde la inversión, el más afectado por las bajas, dejaba 2,33 puntos.

La situación descrita para la Bolsa de Madrid es perfectamente aplicable para el mercado de acciones barcelonés, donde, con la única excepción del sector de alimentación, del que continúa tirando Damm -que ayer ganaba cuatro puntos en relación a su posición precedente-, el resto de los índices generales expresaba diferencias negativas.

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