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Irlanda del Norte elige una asamblea propia

Andrés Ortega

"El candidato más destacado en estas elecciones es Jim Prior", secretario de Estado para Irlanda del Norte. El comentario del norirlandés resume bien la situación. Mañana se celebran elecciones para una asamblea local en el Ulster que fuera gradualmente recuperando poderes. Pero, prácticamente nadie cree en ello. Las elecciones se han convertido en una encuesta de opinión para sopesar quién cuenta con más apoyo en cada campo.

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Entre tanto, se recrudece el terrorismo. Ayer mismo el hijo de un candidato protestante fue herido en un atentado. Horas después un antiguo policía, que trabaja ahora como maestro de escuela, hubo de ser internado en un hospital: un miembro del INLA (Ejército Irlandés de Liberación Nacional) le disparó a bocajarro, ante sus propios alumnos. Las fuerzas de seguridad están en estado de alerta.Este es el cuarto intento del Gobierno británico, para lograr una autonomía en el Ulster desde 1972, cuando Londres tomó las riendas del Gobierno de la problemática provincia. La última vez, en 1976, la intransigencia protestante acabó con el experimento.

La asamblea contará con 78 escaños. En un primer período sus miembros se dedicarán a supervisar, recomendar e interpelar al Gobierno a través de un sistema de comisiones. La verdadera devolución de poderes, legislativos y ejecutivos, sólo llegaría paso a paso tras el acuerdo previo de un 70% de la asamblea. Prior intenta así que la minoría católica tenga garantizada una participación en este proceso político.

Iniciativa bien vista

Sólo hay un problema. Prior no cuenta con el apoyo de los principales líderes políticos del Ulster. Sin embargo, según una encuesta de la BBC, un 55% de la población ve con buenos ojos esta nueva iniciativa. Pero sólo un 9% afirma comprenderla.Católicos y protestantes se ignoran entre sí en esta campaña electoral, como olvidándose del 20% de paro (el índice más elevado del Reino Unido) y la paralización de las inversiones. Prefieren luchar por la supremacía entre sus propias sectas. En cualquier caso, tampoco se puede decir que haya un ambiente electoral.

Los católicos moderados del SDLP (Partido Socialdemocrático y Laborista) quieren que los miembros de esta asamblea formen un nuevo consejo para toda Irlanda con los diputados del Eire. Mientras no consigan este objetivo, boicotearán la labor de la nueva Cámara.

Entre la población católica, este partido se encuentra con un nuevo enemigo, el Sinn Fein provisional, brazo político del IRA Provisional. Esta es la primera ocasión en que se presentan a unas elecciones en el Ulster. La experiencia de las huelgas de hambre -Bobby Sands fue elegido en 1981 diputado antes de morir- han reforzado el elemento político en el Sinn Fein. "El rifle en una mano y la papeleta de voto en la otra", el Sinn Fein no renuncia a apoyar la lucha armada. "No se puede expulsar a los británicos por la vía política", comentó su portavoz, Richard McCauley, entre menciones de la guerra de Vietnan.

El verdadero adversario

Para el Sinn Fein, el verdadero adversario en estas elecciones es el SDLP, que colaboró en anteriores planes británicos. Por tanto, explicó McCauley, "socavar al SDLP es socavar la presencia británica en Irlanda del Norte". Por supuesto, el Sinn Fein boicoteará la asamblea.Se trata de lograr una victoria moral y propagandística para el movimiento republicano. Los partidos no sectarios -el de la Alianza y el de los trabajadores- se encuentran en estos momentos entre dos fuegos con pocas posibilidades de triunfar.

El pasado domingo, en un club del oeste de Belfast, mientras un grupo de músicos tocaban aires tradicionales irlandeses, uno de los dirigentes del Sinn Fein, se subió al escenario para exhortar al público a acudir a votar mañana.

De los siete grupos protestantes que compiten por el dominio de su propio campo, es el enfrentamiento entre los unionistas oficiales de James Molineaux y los unionistas democráticos de Ian Paisley el que centra la lucha. Paisley ha basado su campaña en una firme decisión de no compartir el poder en el Ulster ni con los católicos ni con Dublín. Pero estas elecciones podrían ser su canto del cisne. "Su famosa tercera fuerza se ha convertido en una tercera farsa", comentó un alto funcionario británico.

El Gobierno de Dublín se ha quedado al margen de esta iniciativa, entre otras razones porque Londres no olvida la falta de apoyo irlandés a Gran Bretaña durante la guerra de las Malvinas. Prior intenta romper el triángulo infernal de la economía, la política y el terrorismo por su punto más débil. Sus ayudantes no esconden que es posible el fracaso. En esta ocasión la autonomía no vendrá impuesta, sino que tendrán que irla pidiendo los propios interesados con ciertas garantías. La esperanza de Prior es que así se vuelvan a debatir -"que se hable"- en Irlanda del Norte temas como la educación o la vivienda, dando un paso hacia la normalidad.

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