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Tarancón critica la agresividad de la convivencia social

El cardenal Tarancón recuerda en su habitual Carta pastoral de la semana que "una buena política ha de intentar conjugar los intereses encontrados y armonizarlos de tal suerte que no existan 'discriminaciones' en la sociedad". Para el arzobispo de Madrid es normal y legítimo que existan opciones políticas diversas. Lo utópico es imaginarse una sociedad donde todos piensen de la misma manera. Puesto que nadie tiene toda la verdad y los problemas humanos admiten distintos puntos de vista es por lo que se impone el diálogo y el respeto de las opiniones minoritarias. El recuerdo de estos principios viene a cuento porque, para el cardenal Tarancón, "la convivencia social se ha hecho agresiva. Da la impresión de que no nos fiamos unos de otros y para defendernos necesitamos atacar a los demás. No es el diálogo, sino la discusión y los enfrentamientos, los que están enrareciendo el ambiente. Y eso no es propio de los pueblos cultos y civilizados y, sobre todo, no es cristiano". Responsables de este clima no es el pueblo, sino sus líderes: "la experiencia ha demostrado que nuestro pueblo quiere la moderación y la paz".

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