Radicalización política y crisis económica en Navarra

La aprobación por el Congreso y Senado y posterior entrada en vigor, el pasado 16 de agosto, del texto sobre reintegración y amejoramiento del régimen foral de Navarra y la campaña electoral para los próximos comicios han reavivado la polémica suscitada en torno al contencioso Navarra-Euskadi, radicalizando aún más, si cabe, esta bipolarización, según se esté a favor o no de la incorporación de esta comunidad foral a la comunidad autónoma vasca. "Y es que en esta tierra", según el sociólogo y ecologista Mario Gaviria, "todo se lleva hasta límites extremos"."En Navarra", dice Mario Gaviria -quien, por otra parte, confiesa que no ha votado nunca y al que las elecciones le parecen un carnaval-, "la izquierda es, sin duda, la más radical de todo el Estado, mientras que, por el contrario, la extrema derecha es la más cerril y cavernícola. Navarra es una tierra muy politizada y desde siempre la cosa pública ha estado mucho más cerca de los vecinos que en otros lugares".

La radicalización de posturas se ha incrementado tras la aprobación y posterior entrada en vigor del amejoramiento del fuero, mientras que para los negociadores del texto finalmente aprobado -UCD, PSOE y UPN- éste supone la puesta al día de la capacidad de autobogierno para Navarra, permanentemente reconocida por el Estado. Para los opositores a esta ley -PNV, EE y HB, principalmente-, con ella se institucionaliza el alejamiento de Navarra de la comunidad autónoma vasca y se pierden así, a su juicio, las escasas competencias que se tenían.

'Navarristas' y 'vasquistas'

Esta radicalización de las dos posiciones ha motivado en esta campaña, sobre todo por parte de determinadas fuerzas, una mayor virulencia que en anteriores ocasiones y arrecian los ataques entre los dos bloques, acusándose mutuamente de navarristas (dirigiéndose a UCD, UPN y PSOE) o de vasquistas (a PNV, EE y HB). "Y este enfrentamiento dialéctico cuenta", como señala un significado político navarro, "con el añadído de la violencia, ciega violencia, de la organ,ización terrorista ETA y su consiguiente rosario de muertes que salpican a Navarra". Desde 1977, e incluyendo a Alberto Toca, la última persona asesinada, doce son los muertos en Navarra por atentados terroristas, aunque en esta cifra no se contabilizan otras muertes como, por ejemplo la de varios militantes de ETA cuando manipulaban cargas explosivas, así como la de un inspector de policía muerto en el barrio de San Jorge, en Pamplona, en enero de 1980, tras un enfrentamiento con varios miembros de ETA y en el que también murieron dos de ellos.

A juicio de varios observadores políticos, estos comicios pueden tener un significado especial, ya que, aunque históricamente Navarra ha votado siempre mayoritariamente conservador, los socialistas navarros -que han recibido airadas y muy duras agresiones dialécticas por parte de los nacionalistas vascos, quienes les han acusado de "traidores a la causa vasca" y de derechización- pueden romper el maleficio. "Nosotros tenemos la firme esperanza", dijo Gabriel Urralburu, secretario general de los socialistas navarros "de convertirnos el próximo 28 de octubre en la primera fuerza política de Navarra".

Una economía en retroceso

Y frente a esta bipolarización política, Navarra -que fue una de las primeras regiones del Estado que superó los mil dólares de renta per cápita- se encuenira sumida en la peor crisis económica de su historia, "hasta el punto de que no sólo la economía de esta comunidad foral no anda", según Joaquín Labiano, economista y asesor técnico de Adecona (la asociación de empresarios de la construcción en la provincia), "sino que, incluso, retrocede".

Navarra afronta las elecciones con 25.224 personas en paro, lo que supone una tasa de desempleo del 14,2%, "aunque el paro real estimado", opina Joaquín Labiano, "gira en torno a las 28.000 personas, el 15,5%.

"En los últimos doce meses" explica José Luis Ibarrola, economista del Ceritro de Investigación y Estudios Sociales (CIES) en su estudio-informe sobre La economía Navarra, situación y perspectivas, "el paro registrado aumentó en un 34% el de los de hasta veinticuatro años de edad; en un 31%, el de los profesionales, y técnicos, en un 42%. Si son graves estas cifras, más significativo es encontrar que, mientras la población de Navarra aumenta, la población ocupada ha disminuido en casi 20.000 personas en diez años". Según la en cuesta de población activa del INE, entre el primér trimestre de 1979 y el último de 1981 han des aparecido en Navarra unos 10.000 empleos.

Las empresas navarras, de re ducidas dimensiones -el 70% no llega a los veinte trabajadores y el 85% no alcanza los doscientos-, muestran, a juicio de José Luis Ibarrola, "escasa capitalización con altos índices de endeudamiento: sus productos dejan como mercado marginal la exportación aun siendo ésta importante; la planificación económico-financiera empresarial, cuando existe, se orienta a minimizar beneficios a corto, con mentalidad, por otra parte, más financiera que industrial".

Actualmente, Navarra tiene una renta per cápita de 335.973 pesetas (frente a las 314.382 de la media nacional), "lo que supone situarnos en el undécimo lugar, cuando tradicionalmente ha ocupado el séptimo u octavo", según el ya citado Labiano. Navarra está por debajo de Alava y Guipúzcoa.

En opinión de Joaquín Labiano, "es claro que no habrá crecimiento economico en tanto en cuanto no se reactive la inversión, y me refiero a la inversión privada, porque la pública deberá ser manejada, dirigida y controlada por el Parlamento navarro y la Diputación Foral. Y el relanzamiento de la inversión privada pasa necesariamente por solucionar los problemas de las pequeñas y medianas empresas, que generan el 60% del PIB".

Renacimiento cultural

Por otra parte, las actividades culturales que se desarrollan en Navarra están experimentando un tímido renacimiento, pero renacimiento al fin y al cabo, tras un largo paréntesis de escasa o nula repercusión social. Desde finales del pasado siglo y comienzos de éste, las letras navarras no habían conocido una actividad tan intensa y tan prolífica como la de ahora, con un grupo de escritores entre los que se encuentran Ramón Irigoyen, Miguel Sánchez Ostiz, Juan Ramón Corpas y Mariano Izeta, este último poeta y novelista que escribe en eusquera. Este florecimiento artístico se observa también en las artes plásticas.

Julio Caro Baroja, etriólogo e historiador, considera que "es cierto que se está produciendo este renacimiento cultural, pero, sin embargo, no salen grandes figuras que despunten del resto.

Caro Baroja, que no se muestra excesivamente optimista ante las elecciones porque estima que los programas de los partidos políticos (todos ellos muy positivos) hablan sólo de generalidades, piensa que "en los últimos años se han hecho y se están haciendo cosas, estimables para llevar adelante la cultura". Aunque opina que "lo que podríamos denominar cultura popular está siendo objeto de manipulación constante por parte (le algunos grupos políticos".

Para Julio Caro Baroja, tener un Ministerio de Cultura y un Ministerio de Educación "es un error cultural de primera magnitud"; porque, a su juicio, es necesario un único departamento ministerial.