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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La justicia de reivindicar la obra de Haydn

Con el oratorio La Creación, dirigido por García Asensio, ha inaugurado la Orquesta y Coro de RTVE su temporada de abono en el teatro Real. Durará hasta finales de marzo, con un total de veintidós conciertos dobles. En la mancheta del programa, entre otras novedades, aparece -como en el caso de la Orquesta Nacional-, el nombre de un principal director invitado, el granadino Miguel Angel Gómez Martínez. Se celebra en todo el mundo, desde hace meses, el 2502aniversario del nacimiento de Joseph Haydn, y las agrupaciones radiotelevisivas, además de La Creación, han programado Las estaciones, la Misa de santa Cecilia, un concierto violinístico y tres sinfonías.Tanto en versión representada como de concierto está ausente el Haydn operístico, actualmente tan justamente reivindicado y todavía tan olvidado. Sin tenerlo bien presente -La fedeltá premiata, Orlando Paladino- será diricil explicar del todo una obra como La Creación, en la que el anciano compositor (66 años era entonces verdadera ancianidad), por más que nos explique su fervor religioso, no pudo -ni probablemente quiso- dejar de expresarse en su lenguaje y, de modo especial, en su lenguaje dramático, válido tanto para lo profano como para lo religioso.

La Creación, de Haydn

Orquesta y Coro de RTVE Director: E. García Asensio. Directores Coro: Blancafort, Larrea y Ortega. Solistas: L. Russell, soprano, S. McCoy, tenor, y G. Kendall, bajo. Teatro Real, Madrid, 9 y .10 de octubre.

Todo Haydn está aquí a modo de grandiosa síntesis: un Haydn genial, imaginativo, superador de su tiempo y su circunstancia, progresivo, mucho más hijo de sus obras que de la tan comentada como escasa influencia haendeliana. El argumento miltoniano, adaptado por Lindley y Van Swieten, está tratado por Haydn muy por encima de todo descriptivismo, aun cuando. existan deliciosas alusiones de este género, y en su estructura general La Creación presenta una unidad, una cohesi ón, una continuidad dramática y una diversidad que superan a los oratorios haendelianos.

Por otra parte, La Creación supone la gran ruptura de Haydn con sus auditorios restringidos y aristocráticos. El estreno de la obra en el Burgtheater, de Viena, en marzo de 1799, constituye una fecha a reseñar por musicólogos y sociólogos, porque estuvo presente un público tan numeroso como pluriclasista: un público, como anota Della Corte, de signo decimonónico.

No es la única anticipación. En los pentagramas del oratorio haydiano nos encontramos con claros avisos de Schubert y hasta con soluciones cuyo eco llegarán al mismo Maliler. En 1922 escribe Joachim Pena (traductor de La Creación al catalán) que la influencia de Haydri en los oratoristas posteriores puede compararse con la de Gluck sobre sus sucesores operísticos. No le falta razón. La Creación es una inuestra soberana de la modernidad que caracterizó a los mejores ilustrados.

García Asensio hizo gala de su clarísima, coordinada y eficaz técnica para expresar unos conceptos que parten de unos imperativos: fidelidad a lo escrito, claridad expositiva y agilidad de andadura. Los solistas norteamericanos Louise Russell, Seth McCoy y Gary Kendall actuaron con acierto, especialmente el bajo Kendall, de tan excelente voz.

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